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¿Tienes pocas horas para entrenar y eres de los que entrenas antes que salga el sol? ¿Alguna vez te lo has planteado però al escuchar el despertador lo has lanzado por la ventada olvidando que eres un enfermo del TRI? Nuestro nuevo colaborador Martí López, MarTRI, nos explica las ventajas e inconvenientes del fenómeno madrugón

El triatlón puede ser tràgico.  Y és que lo peor que le puede pasar en esta vida a tu pareja es que le digas ” cariño , me paso al triatlón “. Al principio te apoya, te quiere ver feliz, pero poco a poco vas viendo como su cara va cambiando. A medida que el entrenamiento aumenta la nariz se le frunce y las cejas le comienzan a mirar hacia abajo.

Cada momento que tienes libre sólo piensas en una cosa: entrenar. Necesitas mejorar, ya que tus compañeros lo hacen y tú no te puedes quedar atrás. Tu pareja estaba acostumbrada a que de vez en cuando fueras a correr un poco, pero tú tienes un buen entrenador que te marca dos entrenamientos al día, unos 12 a la semana . Y claro, le haces caso.

Los ojos de tu pareja se empiezan a poner rojos a medida que tu decides ir cambiando de distancia: ahora sprint, después olímpica y a continuación haces el paso a la media distancia. Por suerte el Ironman te da pereza, así que no te juegas el matrimonio y continuas con las half.

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Piensas que la familia es lo más importante, pero no quieres dejar el deporte ya que te mantiene feliz y vivo. Y te preguntas cómo puedes combinar trabajo, família y deporte si el día no tiene suficientes horas ? La única solución es hacer el primer entrenamiento del día a las 6 de la mañana, antes de ir a trabajar.

Y como todo en la vida la decisión que has tomado tiene ventajas e inconvenientes. A las 5.45 h de la mañana, cuando sales de casa, no hay nadie en la carretera. Aprovechas para seguir durmiendo mientras conduces sin tener que sufrir por los otros coches. No hay que vigilar si hay kamikazes que llegan tarde al trabajo.

En cambio, eres el único que  está en la calle y esto te hace sentir extraño. Suerte que cuando llegas a las 6 al gimnasio está lleno de gente rara como tú, que hace cola para cuando abran.

Llegas al trabajo con las endorfinas a tope y puedes chulear ante las compañeras que a las 8 de la mañana ya has corrido 13 km y has nadado 2.000m. No te sirve de nada pero te sientes feliz, te sube la autoestima. El efecto de las endorfinas te dura como mucho un par de horas, después el trabajo se te hace agónico.

Tu pareja no te  lo acaba de decir directamente, no lo quiere reconocer, pero tú sabes que le está gustando como te está cambiando el cuerpo: la fuerza que estás cogiendo en los brazos, estos abdominales que te están quedando. Lejos queda ya la barriga de cuando no hacías nada que no fuera sofá, vinito y cervezas. Tu família y tus amigos no te reconozen. A veces ni tú te reconoces. Peró que haces pensando todo el dia en entrenar?

Entrenando a las 6 aprovechas más el día … pero si es de noche ! Pues aprovechas más la noche.

En primavera -verano sientes aquellos placeres de los que sólo disfrutan los deportistas: ver salir el sol rojizo cuando estás nadando en la piscina de 50 m descubierta, o cuando estás corriendo por el paseo marítimo. Alguien podría decir que no hay que correr para disfrutar de la salida del sol … quizás sí pero así es más épico y se disfruta el doble cuando llegas resoplando y sintiendo que lo has dado todo el entrenamiento.

Comenzar el día en el gimnasio es bastante bueno para la salud mental y la autoestima. A las 6.30 h estás delante el espejo y empiezas a hacer pesas de bíceps. Ves tus brazos como músculan y se marcan los bíceps y las venas. Ésto te hace feliz. No pasa nada si no tienes abuelas, tienes un buen espejo que te dice ” tío que fuerte que te estás poniendo”. Lástima que el peso que levantas hace reír por dentro el chico que tienes al lado y que levanta tres veces lo que tu.

Si no tienes pareja tus amigos de juerga flipan cuando ven día tras día que tu prioridad es el triatlón y no las fiestas que os pegabais. No entienden como les dices que no sales con ellos a tomar unas cervezas porque tienes que madrugar. “Aprovecha que no tienes nadie en casa”, te dicen. Pero tu estás casado con el triatlón y por él eres capaz de levantarte antes de las 6 si hace falta.

Levantarse a las 5.30 h también es beneficioso para tu pareja: puede dormir tranquilamente, sin sentirte como te mueves intranquilo. No le despiertas con el ruido del agua de la ducha, ni con el del secador de pelo, ni de puertas. Pero si un día decides quedarte a dormir un poco más, la has cagado. No estás acostumbrado a estar en casa a estas horas y todo se descontrola.

Y como anuncia la ley de Murphy, llega la noche y no son ni las 21 h que te estás muriendo de sueño. Si tienes hijos no tienes ningún problema, le dices ” cariño ya voy yo a leer el cuento al niño”. En el minuto 2 ya estás roncando en la cama y el chaval se enfada contigo. Si no tienes hijos tu pareja se cabrea ya que no la acompañas mirando la serie americana que dan en la tele. Y te dice “a ver si paras de hacer deporte!”.

Tu pareja cada vez está más enfadada y necesitas reconducir la situación, así que le cuentas un historia:

“Imagínate dentro de seis meses. Son las 7 de la mañana y la playa se llena de triatlet@s con neopreno, gafas y gorro a punto de tirarse al mar para hacer realidad su sueño. 5 horas después centenares de personas están esperando a meta para ver a sus familiares que compiten, tú también. Los corredor@s van llegando y de golpe aparezco yo. Tengo buena cara, de felicidad, de alcanzar el reto por el que tanto he luchado, hemos luchado. El reto que me ha hecho sufrir y disfrutar a la vez. Se me ve feliz y te gusta verme así. Te emocionas cuando nos abrazamos en la meta y me cuelgan la medalla de finisher. Han sido más de 5 horas de esfuerzo placentero. Sabes lo que representaba para mí terminar este reto”. Callas, miras a tu pareja y ves con resignación que se ha dormido.

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