Entrevistamos al gerente de Challenge en España en un momento muy delicado para el sector de los eventos deportivos, que se ha visto paralizado totalmente a causa de la pandemia

No solo los triatletas somos los afectados por el COVID-19.

Tanto grandes como pequeñas empresas que se dedican a organizar carreras y competiciones de cualquier deporte, se han visto obligadas a detener su actividad por completo, y anular la mayoría de su calendario, lo que se traduce en pérdidas abismales sobre los presupuestos planificados.

En este caso, hemos contado con el testimonio de la persona que se encarga de dirigir la factoría alemana Challenge en el sur de Europa y Sudamérica, Juanan Fernández.

Salou fue la primera prueba en ‘caer’ del calendario – puesto que la fecha planificada para el 29 de marzo acaba de lleno en la cuarentena que atraviesa la población – siendo una situación difícil de gestionar ya que más del 60% de los inscritos eran extranjeros, en un momento donde países como Italia, que tenían PROs confirmados, se encontraban con los aeropuertos cerrados.

Desde ese momento, Challenge ha sido el pionero en fijar un plan de acción para permitir a los atletas ya inscritos, la posibilidad de conservar la plaza para la nueva fecha marcada para el 27 de setiembre, o para la edición del 28 de marzo de 2021. Incluso existe la posibilidad de mantener la plaza hasta 2022, donde el día aún no está confirmado.

Merchandising, medallas, nóminas, material de producción y un largo etcétera de elementos que ya habían sido cubiertos por la organización de la prueba que al final no llevan a ningún lado.

Aún el aluvión de opiniones al respecto del aplazamiento inicial, los mensajes de soporte por parte del mundo del triatlón, han ido llegando a las dependencias de Juanan, incluso de triatletas que habían estado preparando la carrera con mucha antelación y que se quedaban sin opciones de competir.


No existe marco legal

Por suerte o por desgracia, al no haber precedentes de un caso de suspenso por epidemia mundial, no existe un código legal que regule el procedimiento de actuación de las organizaciones cuando estas se ven forzadas a aplazar o cancelar su prueba.

Este panorama genera muchas dudas en el público y atletas, que muchas veces exigen la devolución completa del importe de la inscripción. En situaciones como la que estamos viviendo, tan solo manda el reglamento de las propias organizaciones, que muchas veces contempla seguros de retorno, o fechas límite a partir de las cuales no se devolverá el dinero.

En el caso de Salou, una prueba que mueve más de mil personas y un presupuesto de más de 300.000€, tiene invertido más de la mitad de esta cifra muchas semanas antes de la celebración de la prueba, lo que supone que es prácticamente imposible que una competición de este calibre, devuelva todo el importe de la inscripción.

El caso del coronavirus va a marcar un antes y un después en la gestión de las inscripciones, con medidas por parte de las empresas que están detrás de cada carrera, para ofrecer un mejor servicio a sus clientes que no dejan de ser los deportistas que sudan la camiseta para estar a tope el día de la carrera.


¿Cómo queda el calendario en 2020?

Juanan ha aprovechado para agradecer gestas como las de PTO en momentos complicados para los profesionales de este deporte, con la inyección de un millón más de dólares, distribuidos en medio millón extra destinado al premio final, y otro medio millón para los triatletas que ocupan puestos más bajos del Top 100.

El COVID-19 tiene pinta de planear en el ámbito del deporte por mucho más que una reclusión de dos semanas, y se preve que el calendario nacional quede detenido hasta el último cuatrimestre del año, ya que en julio y agosto es casi imposible la organización  de pruebas que impliquen el cierre de carreteras.

Eso plantea fines de semana masivos que dejarán a carreras pasando directamente a 2021, ya que en meses como setiembre y octubre, el calendario de carreras estará colapsado.