La media maratón de Conwy, en Reino Unido da ejemplo y impuso penalizaciones a aquellos que no respetasen la zona de residuos

La prueba que actualmente es la que recibe más participación de todo el norte de Gales, con 3.000 corredores, puso de manifiesto la importancia de nuestra pisada ecológica y quiso mostrarse como pionera en la instauración de sanciones totales a aquellos atletas que no lanzasen las botellas o geles dentro de la zona habilitada para ello.

Otra novedad que incorporó este evento es la sustitución del plástico como elemento de los botellines en favor de un material compostable y reciclable, lo mismo con los vasitos que se reparten con isotónico y sales.

Para que nos hagamos una idea de la magnitud medioambiental que supone un evento de masas, carreras cómo la Maratón de Barcelona pueden llenar las calles con más 15.000 botellines de agua, además de envoltorios de geles, barritas, y un largo etcétera de restos que se aúnan en más de 3 toneladas de basura, cuya limpieza resulta aún más costosa que su distribución.

Como norma general, un atleta que se apunta a una carrera va a recibir una bolsa de tirantes llena con los obsequios de los patrocinadores, además de su dorsal y algunos extras, como son flyers y otros candidatos a llenar las papeleras y los suelos de las ciudades donde se tome la salida. Lo ideal entonces, sería reconvertir los materiales del merchandising que se entrega al corredor.

Con esta iniciativa, serán muchos más los organizadores que van a incluir medidas que beneficien a nuestro planeta y dejen al deporte como un abanderado de la vida en equilibrio de nuestro cuerpo con la naturaleza.

Eventos como un maratón deberían de ser el vector de múltiples campañas de concienciación, puesto que la polución en eventos de esta dimensión pueden llegar a mejorar la calidad del aire entorno a un 90%, debido a los cortes de circulación que se efectuan.