Publicidad

¿Has hecho alguna vez lo de entrenar con dorsal? Debatimos esta opción cada vez utilizada por más deportistas amateurs y que, según cómo, puede afectar a nuestros objetivos principales de la temporada.

Seguramente muchos de vosotros habéis escuchado o comentado alguna vez lo de “esta carrera me la tomo como un entreno“ y/o “mi entrenador me ha dicho que me apunte a tal carrera y me lo tome como entreno de calidad”.

Estamos en el mes “crítico” donde casi todos nosotros ya tenemos los objetivos principales definidos para la temporada 2019. Objetivos que, sean los que sean, en el mundo de la resistencia, son siempre exigentes. No solo por las distancias o modalidad tanto en triatlón, duatlón, running, ciclismo o travesías escogidas sino también por el nivel al cual cada uno se autoexija, ya sea como iniciado, popular, amateur o profesional.

¿Mes crítico? Sí, porque llegan las tan deseadas carreras populares San Silvestres. Lo que fue una tradición de la última carrera del año, se ha convertido en un sinfín de carreras en todos los pueblos y ciudades de España durante todo este mes de diciembre. Y aquí es donde suele nacer la famosa frase, esto es un entreno, un test, “mi míster me lo ha programado para estar activo”, etc…. 

Publicidad

Un punto de partida en el que, para muchos de nosotros, no hay marcha atrás. Y es que después de una encuesta a través de una plataforma digital, el 87% de los encuestados sobre un total de 538 personas que participaron (de diferentes niveles, deportes, sexo, edad y geolocalización) concluyó que cuando nos ponemos un dorsal en cualquier carrera popular, no podemos resistirnos a ese “calentón” y acabamos dando el máximo de nosotros.

“¿Y que mas dará?”, pensaréis muchos. Pues sí importa, porque estamos en esa parte de la temporada donde muy raras veces necesitamos ese achuchón, ya sea por condición física propia, porque muchos llegamos de un parón de la temporada actual o porque exponemos a nuestro organismos a temperaturas, horarios, y excesos alimentarios, a un estrés innecesario.

Por eso proponemos este artículo como debate. ¿Es necesario  llenar nuestro calendario de “competiciones preparatorias” de 10kms, medias maratones, maratones, duatlones, triatlones, etc…? ¿Para qué vamos a participar en tantas carreras yendo con esa idea de entrenar si al final vamos a acabar exigiéndonos más de lo necesario en un evento que no es un objetivo prioritario?

Realmente hace falta competir para saber cómo estamos o hacia dónde vamos?

Es cierto que después de determinar un objetivo o dos principales, tenemos que incluir varios objetivos secundarios para testearnos, resetearnos, adaptar cargas, calibrar datos, pero también es cierto que si ese objetivo secundario damos el máximo de cada uno, puede suponer una carga extra que a corto o medio plazo afecte al objetivo principal.

Por ello nuestra recomendación es asistir a esas “competiciones” siguiendo lo estipulado, planeado, o pensado previamente, sin importar ni tiempos, ni resultados finales. Si al fin al cabo es un entreno, centrémonos en ello con cabeza y no con nuestro instinto. El “Poder del Dorsal” puede jugarnos malas pasadas si no pensamos fríamente y puede “quemarnos” en competiciones sin importancia que luego nos harán llegar en peor estado de forma a los días que realmente nos habíamos marcado en el calendario.

Publicidad