Bombazo del belga horas después de convertirse en bicampeón mundial de Ironman 70.3 en una carrera que pensó tenía perdida, pero en la que siempre creyó en su oro.
Se acabaron las especulaciones tras más de un año en el que se venía barruntando el cuándo sucedería, Jelle Geens ha confirmado que uno de sus objetivos el curso que viene será probarse por primera vez en un full distance: “Sin duda haré un Ironman”. Es más, el rey de la Media Distancia va un paso más allá y ha desvelado su mayor ambición: “Tengo muchas ganas de ir a Kona” por lo que no solo quiere estrenarse en los LD, sino que quiere estar en el Mundial de 2026. Lo que todavía no ha decidido es cómo estructurará su temporada y si por primera vez las Ironman Pro Series coparán su atención o volverá a centrarse en el circuito T100: “Todavía no estoy seguro sobre las Ironman Pro Series”.
Ya tendrá tiempo para ello, mientras disfrutará de su segundo Campeonato Mundial Ironman 70.3. Uno que le ha puesto a la altura de Michael Raelert, Sebastian Kienle y Gustav Iden (este con el interludio de la pandemia) con un bicampeonato consecutivo que, sin embargo, creyó perdido hasta en dos ocasiones después de considerar que “Todo fue mal: la natación, la bicicleta y la carrera a pie”. “Mi primera impresión al caerme de la bici es que todo se había acabado. La segunda, al bajarme en la T2 y sentir un fuerte dolor en la cadera a raíz de la caída. Afortunadamente, el dolor casi desapareció por completo”.
Una caída de la que se siente responsable: “No nadé como quería y sentí que me subí a la bicicleta con una sola idea en la cabeza: ir al frente. Estaba tan concentrado en eso que no vi la primera rotonda, me pasé de frenada y me caí”. Un accidente que le dejó grandes consecuencias materiales que pudieron costarle la carrera, las más destacables: se le rompió el reloj y las extensiones de la bici que le impidieron usar todas las marchas. Algo que pudo solucionar gracias a Casper Stornes: “Me dijo que al llegar a la cima parara rápidamente para enderezarlo. Y eso es lo que hice justo y pude volver a usar todas las marchas”.
Nunca se sabrá que hubiera pasado de no seguir ese consejo, pero sí que gracias a él Geens y Kristian Blummenfelt brindaron una batalla épica. Una en la que según confiesa siempre creyó tener el sartén por el mango: “Pensé que lo tenía controlado porque respiraba como un loco. Pero luego tuvo una aceleración increíble. Así que supe que debía contenerme un poco y esperé su ataque. Pensé que llegaría pronto e intenté mantener un ritmo honesto, pero fue un ritmo bastante cómodo para mí durante toda la carrera. Intenté apretar mucho en las subidas porque pensé que, con mi peso, quizá podría hacerle daño allí. Sin embargo, no pude dejarlo atrás”.
Un mano a mano que llegó hasta la línea de meta y se decidió tal como se vio y como los propios Jelle y Kristian comentan por la colocación en los últimos giros: “Fue una carrera loca. Creo que en un momento dado estábamos codo con codo porque era bastante estrecho y creo que los dos queríamos ser los primeros en el giro. Pero bueno, como soy un tipo grande, pude empujarle un poco más. La carrera me recordó a las carreras de World Triathlon de antaño”.
Preguntado sí tenía fe en ganar a Blummenfelt en ese contexto, el campeón no titubeó: “Sí, estaba seguro de que podía ganar a todos los que estaban en la lista de salida”. No obstante, sí matiza que no era su carta de juego preferida: “Mi escenario ideal no era ganar en un sprint final.. Pero sí, sin duda lo habría firmado antes de la carrera”.
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