A pesar de ganar con récord nacional el maratón Biwa Lake, Kengo Suzuki no recibirá el premio por falta de fondos del atletismo japonés
Este sábado nos hacíamos eco de la victoria de Suzuki en la popular Maratón Biwa Lake, logrando la gesta de ser el primer no africano en bajar de 2h05′ en maratón, en una de las carreras más rápidas de la historia del atletismo.
Hasta ahora, cada atleta que había logrado la mejor marca nacional en la distancia de los 42km, recibía la suculenta recompensa de 100 millones de yenes -equivalentes a unos 800.000€ aproximadamente-.
Un hecho que había sucedido previamente en octubre de 2018 y marzo de 2020, por lo que hacía casi un año que la marca se mantenía intocable.
Pues bien, a pesar de la repercusión mediática del caso, y de que el running sea un ‘monumento’ de la cultura nipona, los fondos de la Asociación de Federaciones de Atletismo de Japón (JAAF) aparentemente se encuentran bajo mínimos, y por lo tanto, se suprimió el premio a posteriori de la entrega de premios al ganador de la prueba.
Según la propia JAAF, los fondos dedicados tenían una previsión de 5 años, y al lanzarse en 2015, el dinero en la banca era casi nulo.
Suguru Osako, quién estableció la anterior plusmarca con 2h:05:29, fue el último en disfrutar de la ingente recompensa, que a su vez felicitaba el logro de Suzuki en Twitter, aunque reconocía la desafortunada situación.
De hecho, el project manager del maratón de la JAAF y ex olímpico Toshihiko Seko bromeó durante una conferencia de prensa celebrada después de la carrera diciendo: “Quiero darle (a Suzuki) 100 millones de yenes por romper el récord de Japón, pero no hay fondos. Hay que ser desgraciado….”
Recordamos que el Lake Biwa ha marcado un antes y un después en la historia del atletismo. Nunca antes se había visto a tantos atletas bajar de las 2h:10, en concreto 42, y un total de 174 deportistas corriendo por debajo de 2h:20.
Un ‘reseteo’ de marcas que muchos medios generalistas han achacado a la revolución del carbono, que claramente es un factor determinante, pero al que debe sumarse el hecho de que la carrera se celebró en Japón, dónde el boom del running parece haberse integrado de lleno en el ADN de la ínsula.