El neozelandés ganó este fin de semana el Ironman Western Australia sólo 5 meses después de sufrir un gravísimo accidente. El pasado sábado ya venció en el 70.3 de Sidney.
Si al bueno de Terenzo Bozzone le hubiesen dicho en julio que en diciembre ganaría un Ironman y un 70.3 en una semana lo habría firmado con los ojos cerrados. De hecho, todo triatleta en el mundo sueña con un éxito así, pero la situación del neozelandés en verano era complicadísima. Acababa de sufrir un accidente mientras entrenaba que estuvo cerca de acabar con su vida. Aquello truncó sus opciones de estar en Kona 2018, donde muchos hablan de que podría haber puesto en un compromiso hasta al gran Patrick Lange. Pero Bozzone se levantó y tras 5 meses de recuperación volvió a la competición la semana pasada. Para ganar el 70.3 de Western Sidney y para dejar un serio aviso: aquel camión que se dio a la fuga después de arrollarle no iba a poder con él.
Y así ha sido. Sólo 8 días después de su espectacular triunfo en su regreso, Terenzo Bozzone volvió a competir. Lo hizo este fin de semana, en el Ironman Western Australia. Y el cuento fue el mismo que hace poco más de una semana. El neozelandés ganó con un tiempo sensacional de 7h56’00” y superó con autoridad a Cameron Wurf, vigente poseedor del récord del segmento de bicicleta del Ironman de Kona.
Habrá que ver cuál es la próxima competición que elige Terenzo Bozzone para demostrar su excelente estado de forma. Con su victoria en Australia, Bozzone logró su Slot para participar en octubre de 2019 en Kona, por lo que tendrá casi un año para preparar la gran cita de Hawaii. La prueba que aquel camión le arrebató este año. La prueba que le debe un gran resultado. La prueba por la que Bozzone se ha recuperado y con la que quiere dejarle claro al mundo que los obstáculos están para superarlos.
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