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Son muchas las competiciones en las que salimos desde el pontón en altura o desde el trampolín si eres nadador/a. Vamos a aprender cómo lanzarnos de cabeza y no regalar ni un metro a los rivales

Seguro que más de una vez habéis visto la salida de unas series mundiales o una prueba de natación en los Juegos Olímpicos y habéis pensado que estilo tienen para lanzarse al agua… ¡Ojalá supiera tirarme así!

Antes de ver cómo podemos mejorar nuestra técnica vamos a ver algunas de las ventajas e inconvenientes de esta forma de tirarse al agua.

NO ES CASUALIDAD

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Lo primero que tenemos que decir es que la técnica no es casual y que responde a razones de eficiencia energética e hidrodinámica. La principal ventaja es la velocidad a la que se recorren esos primeros metros, ya que dado el impulso inicial el ritmo es superior a la velocidad de nado. Además durante esos metros tenemos el esfuerzo energético es practicamente nulo, lo cual nos permitirá llegar más descansados a la parte final.

NO TODO ES MARAVILLOSO


Hay que decir que no todo son ventajas ya que esta técnica presenta algunos inconvenientes. En primer lugar para realizarla correctamente necesitamos de muchas horas de práctica puesto que hay muchos puntos que tener en cuenta y es difícil llevarles todos a cabo. Además en el caso de no realizarla correctamente, se nos presentan dos riesgos: el primero hundirnos demasiado por lo que en lugar de avanzar hacia delante estaríamos cayendo a plomo; y el segundo, planchazo de los que pican y salimos con el pecho más rojo que selección española de fútbol.

VAMOS A POR LOS CONSEJOS


Ahora bien, os voy a dejar unos consejos para mejorar nuestra técnica tirándonos de cabeza a la piscina.

  1. Practica en el bordillo de la piscina antes de pasar al trampolín o al pontón de salidas.
  2. Cuida la posición. Las piernas están ligeramente flexionadas y los brazos extendidos por encima de la cabeza.
  3. El movimiento del cuerpo: tenemos que notar que es nuestro cuerpo el que nos vence y nos hace caer en la piscina. Las manos y la cabeza serán lo primero que entre en contacto con el agua.
  4. Siguiente nivel, las piernas: Una vez dominado el movimiento ya podemos empezar a impulsarnos con las piernas, para ello pondremos una pierna ligeramente adelantada sobre la que nos balancearemos y será la última parte que despeguemos del suelo.

NO DESISTAS


A pesar de que se trata de una técnica complicada y difícil de coger, al igual que el volteo de pared, una vez interiorizada veremos cómo afecta de manera muy positiva a nuestro ritmo de natación.

Así que animaros a practicar las salidas en la piscina.

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