La victoria de la ciclista Austin Killips en el Tour de Gila femenino ha avivado a polémica sobre la presencias de mujeres transgénero en las competiciones deportivas femeninas.

Esta pasada semana tuvo lugar la carrera de ciclismo en ruta más importante de Nuevo México, el Tour de Gila. En categoría masculina Alex Hoehn -Above & Beyond Cancer Cycling- ganó la general, mientras en categoría femenina, la mujer trans Austin Killips -Amy D Foundation- se llevó la victoria de la última etapa y también la clasificación general.

Esta ha sido la primera ocasión en la que una mujer transgénero se lleva la victoria en una carrera de ciclismo por etapas de carácter internacional, lo que ha hecho que aumente aún más la polémica que se encuentra constantemente al rededor de este tema.

El líder en el Tour de Gila masculino es un hombre, y en el femenino también. Ojalá que las mujeres ciclistas tuvieran derecho a tener una categoría propia”, ha compartido en sus redes sociales Irene Aguilar, especialista en derecho deportivo.

Antes de esta victoria, Killips ya ha había ganado alguna medalla en los Campeonatos Nacionales de Ciclocrós en Estados Unidos, y quiere intentar conseguir una plaza para poder estar representando a su país en los Juegos Olímpicos de Paris 2024, así como en el Tour de Francia femenino.

A pesar de todo el revuelo generado, Killips no incumple ninguna norma, ya que, según el propio reglamento de la UCI -Unión Ciclista Internacional-, los ciclistas transgénero tienen derecho a competir en categoría femenina siempre que mantengan sus niveles de testosterona por debajo de 2,5 nanomoles por litro durante un período mínimo de dos años.

Aun así, algunas ciclistas, como Alison Sydor -campeona del Mundo de Ciclocross- se han pronunciado al respecto: “Las reglas actuales de la UCI que permiten que los hombres participen en competiciones femeninas no son justas para las deportistas“.