El delincuente fue capturado cerca de las costas de Florida después de un periplo triatlético
La mañana del pasado 24 de octubre, un polícia del conadado de Hernando, una población de unos 8000 habitantes, estaba realizando una patrulla rutinaria cuando observó a un hombre que montando en bicicleta que se acercaba a él.
El oficial reconoció de inmediato a Gary Francis Molloy, puesto que había sido advertido con sus rasgos clave por radio previamente. Molloy tenía una orden de delito grave con lo que estaba buscado para su arresto. Instantes después del encontronazo, el malhechor se adentró en una calle en contra dirección aumentando la velocidad justo al ver que el polícia salía tras él en su vehículo policial, con las sirenas y las luces ya encendidas.
El maleante se adentró en una urbanización de la zona, así que la persecución pasó a ser a pie, con el agente ordenando que se detuviera. Molloy demostró una pésima forma física puesto que fue alcanzado por el policía y al ser notificada su detención, golpeó al oficial para zafarse de su inminente apresamiento, pudiendo escapar por medios violentos.
En vistas de que el convicto se había fugado, el cuerpo policial desplegó una unidad canina para intentar dar con él, sin éxito al final de la jornada.
A primera hora del día siguiente fue otro agente de las fuerzas de seguridad, que advirtió a la central que acababa de avistar a Molloy montado otra vez encima de una bicicleta, aparentemente robada.
Gary Francis huyó de inmediato cuando avistó al oficial. Fue entonces cuando múltiples patrullas se desplazaron cerca del lugar del avistamiento para tratar de capturar definitivamente al delincuente. Éste fue localizado en el medio del lago de Gates Circle, cerca de donde había sido visto por última vez, se encontraba nadando para cruzar el estanque.
Dada la logística de las circunstancias, la Unidad Marina desplegó un hidrodeslizador con el que Molloy fue alcanzado sin problema alguno y puesto bajo custodia policial.
Molloy declaró que debería haber “acudido al alto” y que “cometió el mayor error de su vida” por no escuchar y continuar nadando. ¿Una filosofía propia de un triatleta, quizás?
Al final del interrogatorio, Molloy fue transportado al centro de detención del condado de Hernando. El atestado de Gary Francis Molloy, de 36 años, fue el siguiente:
– Resistencia a la autoridad y Obstrucción sin violencia (x 2)
- 1.000 dólares
– Resistencia a la autoridad y Obstrucción con violencia
- 2.000 dólares
– Falta de comparecencia y Robo de transporte
- 10.000 dólares
Molloy permanecerá en la cárcel durante un tiempo, donde no sabemos si aprovechará para mejorar su condición física en el gimasio del centro penitenciario.