Erik Steininge fue el vencedor de la segunda prueba de la Open Challenge Triathlon disputada el pasado domingo en la localidad barcelonesa de Sant Pol de Mar.
Steininger, del Club Triatlón Baix Montseny, se imponía por solo nueve segundos a Antonio Roldán del Maresme Triatló. Paco Arnau, de Lo Triatló, completava el podio masculino. En féminas, que tuvieron una salida TRIWOMAN especial, se impuso Clara Segués (C.N. Catalunya). Núria Bruguera (independiente) y Montse Galbany (Fasttriatlon) completaron el podium.
Después de unos días calurosos y soleados el domingo amanecia con nuves y relativo frescor en la bonita villa de Sant Pol de Mar, unas condiciones ideales para realizar este triatlón de distancia sprint. A las 7 de la mañana, gracias al buen trabajo de los organizadores, el Club Triatló Costa Maresme (ahora bajo el sello de Ironman), estava todo listo para ultimar los preparativos y dirigirse a la zona de salida del agua. El ambiente que se respirava era de tranquilidad, lejos de la masificación de muchas pruebas que abunda ahora. Los organizadores del circuito Open Challenge Triathlon buscan el máximo conforte para los competidores y lo consiguieron sobradamente. Los triatletas nos distribuimos en tres salidas: federados masculinos, TRIWOMAN y no federados masculinos.
Sonó el pistoletazo de salida y los luchadores se lanzaron a un mar movido, con mar de fondo y con buena parte nadando con una ligera corriente a favor. La natación se hizo larga. Algunos Garmin marcavan más de 1.000 m, más allá de los 750 m oficiales. La transición del agua hacia boxes era larga pero daba tiempo de sobras para sacarse las gafas, gorro y la parta superior del neopreno. Y también para calentar un poco las piernas antes de empezar un circuito de bici a tres vueltas exigente con continuas subidas, pero con la tranquilidad de tener el trafico cortado. Los triatletas intentavan buscar un buen grupo, pero mantenerse dentro se hace difícil con los continuos cambios de ritmo.
El circuito de transcurría por un parque fresco y agradable. Giros continuos que dificultaban coger un buen ritmo, pero por el contrario facilitaba que hubiera público en todos los puntos y sus gritos de ánimos hacían más llevadero el esfuerzo realizado.
La llegada a meta era especial, con un arco cuyos colores recordaban al IRONMAN, y hacia que sintieras que el rato que habías ido al límite hubiera valido la pena.
La zona post meta estaba bien acondicionada con bebida isotónica, agua, fruta y una camiseta muy chula de recuerdo.
El circuito ahora se toma un descanso estival para volver en setiembre con dos pruebas ya consolidadas en el calendario catalán: Tossa de Mar y Vilanova i la Geltrú.