Cuando aparece una lesión en el día a día de un deportista, el principal interés reside en acortar al máximo el tiempo de recuperación. Y en el caso de heridas provocadas por caídas o golpes, lo mismo. ¿Ya sabes cómo curarte bien?
Sea la lesión que sea, queremos estar el mínimo tiempo posible parados. Y si hablamos de la piel en las caídas y las consecuentes heridas superficiales, incluso algunas no nos impiden seguir entrenando aunque sí limitan el rendimiento.
¿Saben los deportistas cómo curarse, la mejor manera de hacerlo y porqué?
En triatlón, como en otros deportes, tenemos muchos números para caernos con la bicicleta y/o corriendo, y acabar con erosiones que escuecen, duelen, pican y sangran. En esas circunstancias, normalmente siempre se sigue compitiendo, pero de esa forma se mezcla en las heridas sudor, polvo, agua… Dichas lesiones entran en contacto con agentes infecciosos o gérmenes y algunas veces pueden provocar una infección que todavía hace empeorar el estado de la herida.
Muchos de nosotros tenemos entendidos conceptos que seguramente nuestras madres y abuelas daban por buenos en la niñez cuando nos curaban las heridas que nos habíamos hecho en el parque. Por ejemplo: las heridas deben estar secas para que formen una costra; hay que desinfectarlas con mercromina o alcohol; hay que taparlas con gasas. ERROR.
El concepto de cura húmeda es el que rige en la actualidad y es bien sencillo. Se trata de lavar bien la herida con agua y jabón y desinfectarla con algún antiséptico (fácil de encontrar en las farmacias). Una vez el producto antiséptico se ha secado completamente, se aplica sobre la superficie de la herida apósitos de silicona (una vez secos repelen el agua, perfectos para la natación. Sin preocupaciones de parches).
De esta forma, se mantiene el nicho de la herida húmedo, se provoca un mayor confort al no perder la elasticidad de la piel, se protege de las invasiones de microorganismos infecciosos y la piel se regenera mucho más rápido. Las heridas se curan con mayor rapidez, haciendo que no queden marcas y consiguiendo que el deportista siempre pueda tener un rendimiento óptimo en entrenamientos y competiciones.
Así que, recapitulamos:
- En primer lugar, lo más importante es evitar hemorragias. Cuando hay un sangrado es importante ejercer una presión continua durante 5 – 10 minutos (a ser posible con una gasa).
- LIMPIAR la herida. El agua y el jabón son el mejor aliado para evitar las sobreinfecciones bacterianas.
- Utilizar también algún antiséptico para desinfectar la herida y secarlo suavemente.
- Aplicar los apósitos de silicona que permitan una cicatrización rápida y protejan de agentes externos.
- Es importante proteger las heridas de la exposición a radiación UV (solar).