En este artículo tratamos de ver hasta qué punto es mejor para el cuerpo (y la mente) entrenar por la mañana o por la tarde. Y, también, qué tipo de ejercicios son mejores en cada franja horaria del día.
Al igual que la luz del día y de la noche afecta al funcionamiento de nuestro cuerpo y nuestras funciones vitales, la hora a la que entrenamos también influye en nuestro rendimiento. Si eres deportista habitual, habrás notado esa sensación de que tu cuerpo “no va” cuando entrenas a una hora que no es habitual. ¿Siempre entrenas a la misma hora? ¿Notas que entrenas mejor a unas horas que en otras? La respuesta a esta última pregunta debería de ser indudablemente SÍ.
El rendimiento físico sigue un ritmo cíclico a lo largo del día, estudiado por la cronobiología. En función del tipo de actividad física que realicemos deberíamos escoger la hora más adecuada para entrenar. Te explico de una manera muy fácil el por qué:
Fisiológicamente, los responsables de un mayor o menor rendimiento deportivo son la temperatura corporal, el sistema cardiovascular y el sistema respiratorio. Estos sistemas fisiológicos varían a lo largo del día y, por lo tanto, también lo hace su influencia en el cuerpo.
- Cuanta mayor es la temperatura corporal, más sube nuestro ritmo cardíaco y más rápido se trasmiten los estímulos nerviosos, lo que hace predecir que las órdenes del cerebro a los músculos y, por lo tanto, nuestra capacidad de reacción será más rápida.
- Cuando el sistema cardiovascular está en su punto más efectivo, a partir de las 15h de la tarde, la sangre llega de forma más eficiente a los músculos y así estos podrán desarrollar una mayor fuerza.
- Unas vías aéreas con su máxima apertura y capacidad respiratoria serán la baza que nos faltaba en esta combinación ganadora. Esto se da durante las horas de la tarde.
Teniendo en cuenta todo esto y basándome en los análisis del Dr. Campillo y el Dr. García López, podemos afirmar lo siguiente:
Los deportes en los que se requiere fuerza y potencia máximas, se desarrollarán mejor durante las horas de la tarde, cuando la temperatura corporal, el corazón y el sistema respiratorio alcanzan sus niveles óptimos. Esto ocurre entre las 19h y las 21h y entre las 15h y las 17h.
En los deportes aeróbicos de hasta 3 horas de duración, buscamos una elasticidad y capacidad de contracción muscular óptimas, que lo encontraremos entre las 18h y las 20h de la tarde.
Para los entrenamientos mas largos se recomienda las horas de la mañana para aprovechar la menor temperatura corporal y evitar también la deshidratación por exceso de sudoración.
En los deportes en los que la coordinación motora es importante, los deportes en los que se requiere precisión y destreza, obtendremos mejores resultados y un rendimiento y precisión óptimos si los realizamos entre las 12h y las 14h, sin que nos influya el estado más activo de las hormonas del estrés a primeras horas de la mañana ni un sistema cardiovascular preparado para tener una máxima potencia muscular durante las horas de la tarde.
De todas formas, si no puedes entrenar mas que a las 7h de la mañana antes de ir a trabajar, o a las 14h del mediodía aprovechando el descanso del trabajo, no lo dudes ni un segundo y… ¡Vete a entrenar!