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Seas un Ironman, o estés entrenando para tu debut en triatlón es fácil que te atrapes en una rutina llena de malos hábitos. El triatlón es muy bueno para la mente y el cuerpo, pero también puede ser negativo si no se aborda con un enfoque realista.

El triatlón, como el resto de deportes, no puede ser nunca una fuente de problemas o malestar. Por ello y para garantizar que todo lo que nos aporte sea positivo y gratificante, te apuntamos una serie consideraciones que debes tener muy en cuenta para que tu afición te haga feliz al 100%:

  • Agobiarte por el material: Con tres deportes por los que preocuparte,  los gastos por el equipo y las novedades anuales te pueden llevar de cabeza. La bici que el año pasado te costó 10.000€ quizá te hará ganar 5 minutos en tu próxima carrera, pero el modelo de este año quizá te hace ganar 6. Es muy fácil entrar en este ciclo sin fin que es como el cuento de nunca acabar del nuevo equipamiento que promete una mejor competición. Pero recuerda, algunas veces es mejor centrarte en entrenar tu cuerpo para rebajar dichos segundos, que preocuparse tanto del material.
  • Registrar cada entrenamiento: Vivimos en una sociedad en que absolutamente todo está documentado. Aún así, a veces también está bien ir a entrenar sin tecnología o una audiencia online. Evidentemente que nos gusta y es muy útil ver los tiempos que has hecho en tus series, o ver como ha ido tu entrenamiento, pero eso no significa que porque te hayas olvidado de cargar tu reloj, te quedes sin entrenar o hacerlo al 100%.
  • No ir nunca al médico: No nos engañemos, el triatlón es duro para el cuerpo. Cada pisada e impacto recae sobre cada articulación del cuerpo, los pequeños dolores en los pies, lumbares, músculos,… no tardarán en aparecer a medida que transcurre el entrenamiento y/o competición. Es lo que tiene, gajes del oficio, podemos pensar. Aún así, no debemos ignorar las señales que nos manda el cuerpo de que ese dolor que sientes pueda ser una lesión más seria. Quizás sea un inconveniente tener que ir al médico y después tengas que perder dos semanas de entrenamientos mientras te recuperas, pero puede ser que obviando dicha visita al médico dejes que la lesión empeore y finalmente te obligue a estar aún más tiempo sin poder entrenar.
  • Olvidarte de la crema solar: Los entrenamientos pueden llegar perfectamente a las 30 horas semanales, y los triatletas pasáis la mayor parte de ese tiempo a la intemperie. Luce tu bronceado, pero que éste sea saludable. Cuidado con las radiaciones solares. Estáis expuestos durante tiempos prolongados al sol y inevitablemente la piel se perjudica, tanto envejeciendo antes como facilitando el cáncer de piel.
  • Tener expectativas demasiado altas: Todo triatleta piensa que como más se entrena, objetivos más grandes se puede plantear. Aún y así hay que ser realista y inteligente al plantearse las metas personales. Por ejemplo, si has terminado tu último Ironman en 13h 30′, ir a por el siguiente para acabar en 10h 30′ quizá no es demasiado realista. Entrenarías demasiado duro, poniendo en riesgo tu cuerpo y arrisesgándote a lesionarte, perderías tu objetivo y aún estarías más decepcionado. Ponerte metas agresivas es genial, pero asegúrate de no apuntar demasiado alto y proponerte algo a lo que sea físicamente imposible de llegar en ese momento.

¡Ya lo sabes! Recuerda siempre estos consejos y lograrás que el triatlón te mantenga ilusionado y te haga feliz. Mañana publicaremos un nuevo artículo en el que te explicaremos otra serie de cosas que debes evitar para conseguirlo.

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