La temporada ha arrancado de la mejor manera posible y los galácticos del país, los Gómez-Noya, Mola, En3ko Llanos, Fernando Alarza o “Chente” Hernández, entre  otros, nos han regalado grandes instantes de gloria triatlonera y estoy seguro de que en el futuro añoraremos esta salud tan vital de la élite.

San Francisco y San Diego (USA), Melbourne y Moololoba (AUS) o Auckland (NZL) son algunas de las citas donde estos artistas del deporte de las transiciones han dejado su huella. Todos tenemos claro el prestigio de estas pruebas que quedará reflejado en el impresionante currículum de estos cracks y, cómo no, los suculentos premios económicos que honran a los ganadores.

Sin embargo, me gustaría meditar sobre las alteraciones que supone el hecho de competir en todos estos espectaculares escenarios. Hoteles, cambios horarios, alimentación completamente distinta, culturas diferentes y, sobre todo, un cúmulo de KILÓMETROS EN LA SOMBRA dentro de los aviones, con sus respectivas esperas en las terminales, los largos tranfers, los probables problemas en la facturación y las posibles pérdidas de equipaje, resfriados causados por los potentes aires acondicionados de las aeronaves… Todas estas circunstancias, y muchas más, pueden ser algo habitual que pueden padecer y que la mayoría desconocemos.

Si analizamos el inicio de curso del campeón gallego Javier Gómez-Noya, sin duda, ha sido sobresaliente, con brillantes victorias todos los triatlones participados. Pero si sumamos los KILÓMETROS EN LA SOMBRA que ha tenido que soportar el hombre de plata nos daremos cuenta de que ser un auténtico PRO, también tiene sus contras. Sin contar las concentraciones anteriores, Javi viajó desde su residencia hasta su primera cita acumulando más de 9000 kilómetros. Después, se dirigió a Moololoba (AUS) sumando 11000 kilómetros más. Su acumulación continuó cuando voló a la primera World Serie neozelandesa, otros 2000 kilómetros que aumentaron su cuenta. Posteriormente volvió de nuevo a los USA para participar en la segunda ronda de las World Series que se disputa en San Diego, con 10000 kilómetros aéreos y, para finalizar su particular tournée de primavera, vuelta a casa con unos 9000 kilómetros extra. En total, suman la friolera de ¡42000 kilómetros!, sin tener en cuenta las horas en los aeropuertos y todos los posibles daños colaterales citados con anterioridad.

Podríamos continuar con los periplos de En3ko, Mario… Pero quizá el ejemplo de Gómez-Noya es el más representativo de la rutina habitual de cada año de todos estos magníficos triatletas, que tanto admiramos y que, después de reflexionar sobre todos los KILÓMETROS EN LA SOMBRA que recolectan durante la temporada, seguro que elogiaremos mucho más sus éxitos.

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@xavi_thewolf
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