Sorteando el temible muro de Aia y corriendo por el malecón o colocando vallas y controlando los cruces de carretera. No solo con un dorsal en la cintura se puede vivir uno de los mejores triatlones del país. Y Joseba Iriondo lleva ya 14 ediciones entre pecho y espalda. Residente en Bilbao aunque nacido en Zarautz, este triatleta conoce como pocos los entresijos de la prueba.
Son 14 años compitiendo cada mes de junio en una prueba mágica…
Sí, como miembro del club de triatlón de Zarautz, aunque no todas como participante. Muchos años nos toca trabajar como voluntarios dentro del club. Esto significa que, como participante o como voluntario, casi toda la gente de Zarauzko Triatloi Elkartea tiene que estar al pie del cañón ese día y durante las semanas previas. Te puedo asegurar que es bastante más suave completar los 105 kilómetros de la competición que las 14 horas de vallas, moquetas, avituallamientos, control de cruces y demás.
Mi primer año fue tardío, en 2003, tras un par de temporadas practicando un poco de triatlón. Como tanta gente de Zarautz, hacía años que veía la prueba con sana envidia. Provenía del surf y, aunque estaba acostumbrado al mar, me daba muchísimo respeto. Quienes practicaban triatlón en aquella época eran auténticos máquinas, ya que el deporte no había experimentado todavía el ‘boom’ actual. Se hizo lo que se pudo y terminé a rastras. Pero el recuerdo de los pelos de punta al entrar en la calle Mayor con cientos de personas aplaudiendo me metió el gusanillo para toda la vida. Y aquí continuamos.
Desde ese 2003 ha llovido mucho y la prueba llega este año a la 30º edición siendo toda una referencia nacional.
El triatlón se ha convertido en un deporte muy popular y el triatlón de Zarautz ha sabido mantener el espíritu original con el que los pioneros del pueblo crearon esta competición. Podría incrementar las cuotas de inscripción y continuaría llenando el cupo. Pero, una vez garantizada la sostenibilidad de la prueba, el aspecto económico no es la prioridad. Y creo que eso se nota. La organización es ahora más profesional aunque creo que quienes visitan Zarautz siguen llevándose un recuerdo muy similar.
¿Qué diferencia el Triatlón de Zarautz del resto de pruebas?
Sin ninguna duda el ambientazo. Como zarauztarra no voy a ser objetivo al decirlo, pero en muy pocos sitios he visto a tanta gente aplaudiendo como aquí. Respecto a ambiente y calor del público, creo que es comparable a Roth, sin duda el mejor triatlón del mundo. Es un día en el que los paquetes llegamos a sentir algo grande.
¿Qué tiene de especial la carrera?
La travesía a nado en mar abierto, un circuito en bicicleta que te pone en tu sitio, una carrera que transcurre por una playa acojonante… Todo es especial en Zarautz. Hay gente con la que te encuentras todos los años, y otra mucha que acude como público desde hace años. Es curioso pero es una competición que llega a ponerme igual de nervioso que un Ironman.
¿Qué momento de la prueba te queda grabado en la mente?
Quizá me quedo con los pases por el malecón en la carrera a pie, con el mar a un lado y los aplausos de la gente al otro. Y del muro de Aia mejor ni hablamos, ya que parece que todos los años le añaden un par de grados más. Aunque yo destacaría el momento de viajar en bus a Getaria, es muy especial con las conversaciones y los nervios que se generan.
Con tu experiencia, como mínimo te pedimos un consejos para los triatletas debutantes en Zarautz.
Que traigan piñones de sobra y que disfruten. No es una prueba para lograr grandes medias y mejorar marcas. Por eso, y sobre todo si es el primer año, merece disfrutar de todo. Y agradecer a los cerca de 300 voluntarios que todo marche bien. Escuchar y sentir el calor de la gente de Zarautz, que ese día se vuelca con la competición. Acabar y conversar con el resto de participantes. Venir a la cena, degustar nuestra gastronomía y tomar unos potes.
¿No sé si eres supersticioso pero tienes algún ritual que sigas año tras año?
Sí, desayunar en el bar de Karlos Argiñano, con vistas al mar. Se lo recomiendo a todo el mundo.
Fotos interiores: Cedidad por Joseba Iriondo
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