En pruebas Ironman o Ironman 70.3, detrás del micro está él, siempre con una sonrisa y una energía envidiables. Paul Kaye es la voz de Ironman Europa y por ello vive seis meses al año intensamente por y para el triatlón. Cambia de aeropuertos, hoteles y vistas muy a menudo, pero sabe cómo adaptarse. Sus muestras de energía y su preocupación por los pequeños detalles con los triatletas le han convertido en una persona muy querida dentro del mundo del triatlón. Nuestras redactoras Laura Jiménez y Núria Guirado han charlado con él.
Tras muchos años ejerciendo de speaker, aún tienes voz…
Es duro mantener la voz porque es la herramienta que utilizo para ejercer mi trabajo. Si yo voy a una competición y el día de la carrera no puedo trabajar por una indisposición, no cobro. Por ello mi voz es mi talismán. Aprender a trabajarla es probablemente una de las cosas más difíciles porque en las carreras Ironman la emoción es latente en todo momento. Es fácil emocionarse, pero el día es muy largo para los atletas y para mí, así que el speaker debe aprender a poner una sonrisa en su voz y transmitir la energía a la multitud de atletas, sin la necesidad de hacerlo con demasiado volumen. Un buen descanso y mucha agua son necesarios para mantener bien la voz.
Te has convertido en “la voz de Ironman” Europa, ¡qué privilegio!
Cierto. Pero la verdadera voz de Ironman es Mike Reilly, que lo ha hecho durante 26 años y es quién se inventó la mítica frase “You are an Ironman”. Personalmente trabajo en este magnífico equipo desde 2011 y podemos decir que soy la voz de Ironman en Europa.
“You are an Ironman”. Los triatletas sueñan con escucharlo. Esto debe suponer mucha responsabilidad para ti…
Es una gran responsabilidad humana. Es el momento por el que los triatletas entrenan y dedican parte de su día a día. Al mismo tiempo, cuando los atletas van llegando a la línea de meta, puedes ver si quieren que les digas la mítica frase o no. Hay algunos que llevan tantos Ironman’s en sus piernas que no llevan la misma emoción que los debutantes.
En 2014 estuviste en Kona, en el Campeonato del Mundo Ironman. ¿Era tu sueño, también?
Mucha gente piensa que éste no es un trabajo, sino que me voy de vacaciones cada fin de semana. Mallorca, Barcelona, Copenaguen, … “Magníficos viajes y sólo trabajas un día… dicen”. No es verdad. Mi objetivo era ser la voz en Kona, por el que he trabajado durante cinco años. La experiencia de esta primera vez fue muy muy especial.
Y… cómo empezó todo?
En 2000 estuve en Ironman Sudáfrica, donde hice la retransmisión para un programa de televisión. Mi primera vez delante del micro en una carrera Ironman fue en 2001. Pero realmente, mi trayectoria empezó cuando tenía 18 años, cuando ejercía como radio DJ. Como amante del deporte, hacía retransmisiones domingo tras domingo y de lunes a miércoles me encargaba de las noticias de deporte en los informativos de la mañana, mediodía y tarde en la cadena de radio. Entonces, la gente empezó a invitarme a eventos deportivos. Ejercer de speaker era como un hobby para mí.
Pero en 2004, Ironman volvió a Sudáfrica y yo competí en la distancia Half y en 2005 hice la distancia Ironman y me convertí en uno de los speakers de Ironman Sudáfrica. El equipo de Ironman Austria me invitó en 2010 para trabajar allí. En 2011 ya fueron Austria, Niza, Reino Unido, Gales y en 2012 fue una locura.
También eres triatleta. Cuando ves a todos en la línea de salida, no te dan ganas de ser uno más?
Por supuesto. Cuando tan temprano por la mañana se genera ese ambiente pre-carrera, me dan ganas de lanzarme al agua también. Pero pensándolo bien, soy mejor speaker que no triatleta. Hago triatlón como actividad fitness, para disfrutar de ello, pero no soy muy competitivo. Ciertamente, ahora llevo cinco años buenos profesionalmente y estoy centrado en ello. El fitness está en segundo lugar y el competir en el tercero.
Qué objetivos como triatleta tienes?
Hice mi primer Ironman en 2008 dado que ocho meses antes me divorcié y mi ex-mujer, poco después de la separación, me dijo que se iría a vivir a otro país con mis hijos. Esto fue realmente doloroso para mí y necesitaba una distracción. En vez de salir cada noche y beber, tenía que hacer otra cosa, por lo que decidí que iba a hacer un Ironman. Desde entonces he locutado muchas carreras Ironman y estoy en la meta de todas. Veía cómo los atletas llegaban cogidos de las manos de sus hijos y tenía que girar la mirada porque me resultaba muy doloroso a nivel personal.
Quería hacerlo yo también. No había hecho más que un Half Ironman en mi vida, no había pedaleado nunca más de 100 km y la media maratón había sido mi distancia más larga corriendo. Empecé a entrenar como un loco. Pasé 10 días de vacaciones con mis hijos y volamos juntos hacia Ironman Austria. Tuve una carrera horrible, 13 horas 32 minutos y 55 segundos. Pero tuve la mejor llegada a meta posible: la mano de mi hijo en una mano y la de mi hija en la otra. La historia divertida es que, después de 13 horas en competición, cuando conseguí cogerme de las manos de mis hijos, el pequeño me preguntó: ¿Por qué vas tan lento, papá? 226 km de carrera en mis pies no me dejaban ir más rápido.
![Foto: Tri247.com](https://triatletasenred.sport.es/wp-content/uploads/paulkaye2_im_wales.jpg)
Has viajado por todo el mundo, compartiendo la experiencia Ironman. ¿Cuáles son los sitios donde la gente vive con más pasión la fiebre Ironman?
Lo que hace especial cada Ironman es la atmósfera, no sólo en carrera, sino en el pueblo. Y, en ese sentido, creo que uno de los mejores pueblos en los que he estado es el Ironman Kalmar, en Suecia. El pueblo entero se vuelca con la prueba, cada tienda tiene la bandera Ironman, la gente decora las ventanas de sus casas con el emblema de Ironman, hacen pasteles… Es una locura.
El triatlón de distancia corta que se celebra días antes tiene más participación que en América: ¡3.000 personas sólo de Kalmar! El día de la carrera, a las 6 de la mañana empieza la natación. La salida está llena de personas que comienzan a aplaudir… y no paran de hacerlo hasta que termina la carrera. En todas las carreras, los espectadores son familiares o amigos de los atletas, pero en Kalmar, el público es la gente de Kalmar, son muy acogedores. Es sorprendente, muy especial.
¿Cómo es viajar tanto…?
No duermo en mi cama durante seis meses. Mi mujer y yo vamos a Europa a finales de abril y no volvemos hasta noviembre. La parte más dura de viajar es la actitud, debemos tener la correcta, ya que si no lo hacemos puede ser terrible. Por ello intentamos mirarlo todo positivamente y celebrar cada lugar al cual viajamos. Por ejemplo, cuando vinimos a Barcelona para trabajar en el Ironman de 2014, pasamos al final tres semanas aquí, y así pudimos disfrutar de la ciudad y de la Costa Brava y sus encantadores pueblos. La peor parte para mí de los viajes es cuando los aviones van con retraso y los diferentes sistemas de seguridad que tienen los aeropuertos. Si hubiera una homogeneidad en ello sería mucho mejor.
Cuando te desplazas hacia la localidad de una prueba Ironman, tienes tiempo para visitar la zona?
Realmente, no… Mi mujer trabaja en el departamento de Merchandising Ironman. Si acudimos a una prueba Ironman, llegamos el martes por la noche. Su equipo y ella montan y preparan la tienda el miércoles, mientras yo salgo a correr o voy a ver el recorrido ciclista. El jueves empieza todo, viernes y sábado son días locos y el domingo es increíble. Los lunes normalmente es cuando se realiza la ceremonia de premios, para mí, y el día del desmontaje de la tienda para mi mujer. Y los martes nos vamos. No hay tiempo para ver nada.
Para ser locutor de las carreras, debes estar muy informado. Qué canales utilizas para estar al corriente de las novedades de cada triatleta profesional?
Éste es un punto que considero muy importante. Dedico siempre tiempo a preguntar y hablar siempre, especialmente con triatletas de grupos de edad. Siempre tienen historias emotivas y alucinantes y conocerlas es un gran privilegio. Sin ir más lejos, en Ironman Barcelona me encontré mientras desayunaba a una triatleta de grupos de edad que me contó sus peripecias con el transporte de bici cuando se trasladaba a Mallorca para entrenar. Son detalles que recuerdo y que vale la pena mencionarlos cuando ves al triatleta en cuestión en carrera.
En cuanto a los triatletas profesionales, dedico unas dos horas al dia aproximadamente a consultar sus redes sociales y páginas web para conocer la última hora y las noticias más relevantes que les involucran, no sólo de lo relacionado con la competición, sino también sobre su día a día y su vida en general. Y cuando ya la competición está más cerca, dedico un día entero repasando el historial competitivo de ellos. Aunque parezca mentira, esta tarea se convierte a menudo en difícil porque muchos triatletas no tienen una página web y aún menos, siempre actualizada. Así que, la mejor manera de estar informado es conocer al detalle los resultados del pasado y los más inminentes, si es que hay competiciones recientes.
¿Cuál es la clave para ser un buen locutor?
En realidad, como locutor no debes ser un diccionario, sino que un buen speaker es aquél quien sabe crear una buena atmósfera en la competición. Unas veces animas a gente que va muy cómodo, otras a gente que se ve desanimada… La cuestión es mantener un ambiente animado y darle energía a los triatletas. Si esto se hace bien, haces también que los espectadores pasen una buena jornada.
Cuáles son las tres carreras favoritas Ironman de Paul Kaye?
Sin ninguna duda, las mejores carreras en las que he estado son Ironman Sudáfrica, Ironman Austria y Ironman Suecia. Kona es una historia aparte. Y las dos mejores carreras 70.3 son las de Haugesund, una fantástica carrera, así como la de Irlanda, por el momento.
Tu faceta como empresario te ha llevado a crear, junto con tu mujer Kelly, Focus on the Finish Line… De qué se trata exactamente?
Focus on the Finish line es un negocio en el que damos un servicio íntegro al triatleta. Se plantea un asesoramiento completo para los más exigentes: desde el trayecto a hacer, el transporte -tanto si es aéreo, nacional o internacional, por carretera o marítimo; hasta los hoteles más cercanos a la zona de la competición. Tenemos cura de las bicicletas y de su debido transporte, las lavamos una vez acabada la carrera y las empaquetamos para devolverlas a la destinación de origen…
Paradójicamente, el triatlón ha crecido exponencialmente al mismo tiempo que la economía lo hacia en sentido contrario…
En 2010 empecé mi carrera como speaker, cuando el triatlón vivió el boom; pero al mismo tiempo que la crisis financiera estaba encima de todos nosotros. Creo que la gente se anima a practicar el triatlón, en primer lugar, porque apuestan por la salud; y en segundo, porque necesitan estar continuamente estimulados, y los tres deportes del triatlón llevan a ello. La intención de mejorar contínuamente es una de las máximas de los triatletas.
La inscripción a las carreras es, aunque parezca mentira, barato en comparación con toda la preparación y los gastos continuos con la nutrición, la ropa de entrenar, la equipación de ciclismo, de natación y de carrera a pie, el casco, la bici, las zapatillas, el viaje… Pero, realmente… la gente vive una vida y la vida “normal” es rutinaria, siempre lo mismo, con la misma ropa, en la misma oficina… Y el triatleta necesita una distracción saludable ante esa situación…que se encuentra en el triatlón. El triatlón te mantiene vivo. Cuando el domingo madrugas para salir en bici, tus vecinos ven que eres diferente porque eres un Ironman. El triatlón es uno de los deportes que te da seguridad, a diferencia de otros deportes más arriesgados. Pero lo que es mejor… te mantiene vivo.
Fotos: tri247.com