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Saleta Castro deja atrás un 2016 repleto de experiencias y aprendizajes y empieza el año con ilusión y nuevos proyectos. Repasamos con la gallega su última temporada y le preguntamos por los objetivos de la nueva

Estamos de acuerdo en que la temporada 2016 fue única para Saleta: tras las primeras decepciones, llegaron las carreras soñadas. Con su trabajo, ganó el pulso al duro camino hacia la clasificación para el Campeonato del Mundo Ironman. Para la gallega, “empezar la temporada con dos retiradas fue muy duro, pero tener que retirarme en el Ironman de Lanzarote me dolió aún más. Aunque lo pasé realmente mal, sabía que había entrenado muy bien, confiaba 100% en mi entrenador y en el trabajo realizado…, solo había que insistir un poco más”.

Perseverancia e ilusión, sus armas

El IM Texas fue duro de gestionar y finalmente abandonó la carrera, para preparar mejor las siguientes. Más tarde, en Lanzarote, los problemas con la nutrición le impidieron acabar… Dos carreras que marcaron un antes y un después en la temporada: “Este año me quedo con la confianza que gané en la carrera a pie, ya que me demostré a mí misma que puedo ser una gran corredora. En Lanzarote lo di todo hasta que me vacié y no pude dar un paso más”.

Reafirmando su lema “Caerse está permitido, levantarse es obligatorio”, su siguiente puesta en escena fue el Ironman de Frankfurt. Acudió “por ser una prueba de gran nivel, con el mero objetivo de terminar”. Y la cosa salió bien. Saleta entró en meta sexta clasificada femenina y paró el crono en 9h22′. Esto le devolvió la confianza: “Volví a estar en puntos”, explica.

Tres semanas después, la gallega decidió “salir en el Ironman de Maastricht  y por fin conseguí la clasificación con un segundo puesto y volviendo a correr en 3h04′ en la maratón”.Lo suyo está en la constancia y en la confianza. De hecho, la gallega sabe muy bien que “en cada Ironman se aprende algo. Y con firmeza aclara que siempre hay que tener claro que es una carrera de muchas horas y nunca hay que perderle el respeto”. Y, para rematar la clasificación, entró 4ª en el 70.3 de Dublín.

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Hawáii, un sueño cumplido

Con estos resultados, la triatleta gallega llegó a Hawáii como una de las 44 triatletas élite. “Estar allí fue un sueño cumplido. Todavía me cuesta asimilar que estuve en la salida de la carrera más prestigiosa del mundo”. Pese a todo lo trabajado y el tiempo invertido, “la carrera no fue como esperaba. Quizás llegué un poco pasada de forma y no disfruté como me hubiera gustado, pero llegué a meta y cumplí mi sueño”. De hecho, con emoción recuerda que el poder compartirlo con “mi hermana pequeña y muchos amigos triatletas fue lo mejor de todo”.

Foto: Saleta Castro y Gurutze Frades al acabar el IM Hawáii / Facebook Saleta Castro

Nuevas metas para 2017

Este 2017 se presenta emocionante y con cambios para la gallega. El año empezó con su fichaje para el equipo profesional belga de triatlón ITZU: “Afronto esta nueva etapa con muchísima ilusión y ganas de seguir mejorando. Es una gran motivación y también un gran cambio” ya que, hasta ahora, “todo me lo gestionaba yo: sponsors, viajes, entrenador (…). Ahora tendré un equipo que se encargará de ponérmelo todo más fácil. Así, mi única responsabilidad será entrenar y sacar lo mejor de mi día a día”. Saleta se muestra muy agradecida, sobre todo, con las marcas que todo este tiempo han confiado en ella.

El calendario competitivo para la gallega empieza “el 12 de marzo, en el Ocean Lava de Santa Cruz de Tenerife”. El objetivo principal será el Ironman de Lanzarote, donde le “encantaría volver hacer podio allí y sacarme la espinita del año pasado”, afirma. Tras estas primeras citas de la temporada, Saleta no quiere perderse el triatlón de Zarautz. Es “una prueba que me encanta”, remarca la gallega. Ya en pleno verano, se plantea hacer “algún 70.3 en julio y el Ironman de Maastricht en agosto”. Junto con su entrenador, Luck van Lierde, han acordado que el objetivo “no es volver a Hawáii” en 2017, sino “mejorar el segmento de ciclismo sin perder en la maratón y poder llegar al campeonato del Mundo en 2018 en buenas condiciones”.

Gallega de nacimiento pero lanzaroteña de adopción. Saleta pasa semanas de concentración en Lanzarote desde hace 5 años e incluso ha vivido allí casi 2 años: “Me encanta la isla, su gente y su clima. Me permite escapar del invierno lluvioso de Galicia y poder entrenar con buena temperatura”. Además, el vínculo es algo más fuerte… La triatleta afirma que está “enamorada de Lanzarote y su Ironman es mi Hawáii personal. Me siento muy querida en la Isla y eso me hace sentir como en casa”.

Foto: Facebook Saleta Castro

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