En los últimos tiempos ha cuajado una idea en el subconsciente colectivo que era defendida en la Antigua Roma. La locución latina ‘mens sana in corpore sano’ (mente sana en un cuerpo sano) refleja de manera muy clara la tendencia al culto al cuerpo que se ha extendido de manera uniforme en el seno de la sociedad occidental. Neologismos como el HIIT, el “running” o el “fitness” forman parte ya de nuestro día a día, y todo apunta a que esta dinámica aumentará de manera exponencial a lo largo del tiempo.
Otro deporte que se está masificando de manera muy clara es el boxeo, concretamente los combates mediáticos. Gracias a la globalización y a las nuevas herramientas que nos otorga el mundo de internet, eventos que antes tenían una escala local o con un público potencial mucho más reducido ahora copan espacios informativos de países con poca tradición en este deporte. Los combates relacionados con Floyd Mayweather, boxeador profesional de 40 años nacido en Estados Unidos y considerado como uno de los mejores de la historia gracias a su imbatibilidad, ahora están en boca de todos. Y si añadimos el nombre de Conor McGregor, luchador irlandés de artes marciales mixtas que compite en la UFC americana, organización en la que es el campeón de peso ligero, la combinación es ya explosiva.
Ambos luchadores han acordado enfrentarse en un combate sin precedentes el próximo 26 de agosto en Las Vegas, primero por la diferencia de disciplina donde radican los dos contendientes, y segundo por la desigualdad en relación a las posibilidades que les otorgan en relación a la victoria final.
A pesar de que la casa de apuestas BetStars se incline claramente por la victoria de Mayweather, el mundo del deporte está repleto de situaciones impredecibles que sorprenden a propios y extraños. Si McGregor consigue alzarse con la victoria en un contexto tan desfavorable, este hecho será recordado en los anales del boxeo como un hito más quijotesco que racional. Para ejemplificar, la diferencia de cuotas es de 6 a 1, lo que deja entrever de manera explícita quién tiene más posibilidades de ganar: un luchador experimentado y no un recién llegado que desembarca en el tormentoso océano boxístico.
Más allá del combate entre McGregor y Mayweather, existe otro elemento que llama potencialmente la atención del gran público, y es la condición física del luchador irlandés. Actualmente muchos acuden al gimnasio para intentar mejor su apariencia física y aumentar su fuerza. Estos son los consejos que ofrecemos para intentar adentrarse en el mundo del fitness y mejorar la estética personal, intentando conseguir unos resultados similares a los que ostenta McGregor, lo que se consigue a base de constancia y sacrificio.
Cuando ya tenemos la base y queremos potenciar nuestras capacidades, podemos aplicar un entrenamiento similar al que practica el luchador irlandés. McGregor mejora su agilidad mediante el uso de cartas voladoras; usa la trayectoria de cada naipe en el aire para golpearlo posteriormente y mejorar su técnica. Un método inédito que potencia su reacción, precisión y defensa. Su entrenador, Ido Portal, explicaba lo siguiente en relación a este novedoso método: “Usando la trayectoria aleatoria de una carta en el aire se mantiene su físico y se sensibiliza ante una situación inesperada”.
El campeón de la UFC prefiere dosificar su entrenamiento y decidir qué es lo que mejor se adapta a su estilo de vida. Por ejemplo, a diferencia de otros luchadores o colegas del oficio, opta por no seguir una rutina estricta en relación a su alimentación. Uno de los dogmas más presentes en la mente de los deportistas: “Me despierto, bebo agua, me tumbo y sigo moviéndome durante todo el día”, explica McGregor. “Entrenaré en el gimnasio o haré algo similar cuando me parezca que es el momento adecuado, o iré a clase de taekwondo, jiu-jitsu, yoga o capoeira. A veces boxearé. La variedad es la mejor forma de mejorar. Para mí, el régimen no funciona”.
Los métodos utilizados para la estrella de la UFC han provocado que otros atletas de su entorno modifiquen su rutina de entrenamiento, él mismo explicaba lo siguiente en relación a su estilo de vida: “Siento que las artes marciales mixtas pivotan en relación a levantar pesas y entrenar con un gran volumen de peso, no estoy interesado en nada de esto. El cerebro es lo que hace que tu cuerpo responda en relación a moverte hacia la derecha o la izquierda, debemos nutrir esto”.
Hay que tener muy claro que este es un camino sinuoso y complicado, pero a la vez altamente reconfortante. Las visitas al gimnasio para los iniciados deben ir acompañadas de un buen calentamiento, elemento clave para prevenir lesiones y para acomodar el cuerpo de cara un ejercicio físico. Atender las consignas de los monitores o especialistas que allí estén presentes es otro acto que hay que tener en cuenta. También hay que periodificar las visitas al centro deportivo, no hay que ir seis días por semana y más cuando se es iniciado. Es mejor ir tres días al inicio y entrenar bien que atrofiar los músculos, lo que no nos ayudaría en nada a lograr nuestros objetivos. Si nos saltamos una de las visitas la podemos recuperar al día siguiente o en el momento que nos sea posible. Es mejor aplicar rutinas de cuerpo entero que focalizar nuestro entrenamiento en grupos musculares cuando ya estemos familiarizados del todo en este universo. El tiempo que empleamos en base a los ejercicios es muy importante, no se debe trabajar más de 50 minutos cuando uno se inicia y hay que descansar entre series, entre un minuto y un minuto y medio.
Finalmente, es recomendable cambiar de metodología y no centrarse en repetir mucho un ejercicio a lo largo del tiempo, las rutinas deben ir variando. Cuando se alcance una buena base muscular hay que hablar con uno de los especialistas presentes en los centros de entrenamiento para que nos pueda asesorar y nos otorgue una tabla de ejercicios adecuado en relación a nuestras capacidades y nuestros objetivos. Con base y constancia, todo es posible.