Las lesiones siguen aumentando en proporción al número de practicantes de este deporte y la incorporación masiva de dichos participantes hace que los índices lesivos sean extremadamente elevados. Hay varias acciones que pueden disminuir estos índices lesivos en practicantes amateurs (de menos de un año) y que no tienen que ver con ejercitaciones físicas.
¿Cómo podemos evitar lesiones si somos triatletas amateurs?
Los entrenadores cualificados tienen la formación para determinar qué cargas son las adecuadas para cada sujeto y saben cómo afrontar una adaptación al deporte de manera correcta. Si en nuestro primer año de práctica eliminamos este mediador, las probabilidades de lesión se multiplican.
El fisioterapeuta debe de ser solo un ente de control y un nexo de comunicación entre el atleta y el entrenador. Debe de valorar de forma empírica el estado de las estructuras óseas y musculotendinosas de dicho atleta y transmitir la información al entrenador, sea positiva o por el contrario, negativa, existiendo algún problema o riesgo de lesión por cualquier motivo, ya sea traumático, de carga y/o fatiga acumulada, degenerativo, etc…
Hablemos en plata. Un entrenador suele cobrar unos 50 € mensuales por una planificación. Un fisioterapeuta, de media, cobra unos 40 € por sesión. Si nuestra incorporación al deporte no incluye los servicios de estos dos profesionales, del entrenador de manera continuada y del fisioterapeuta de manera esporádica, la aparición de una lesión puede derivar en un gasto económico muy elevado dado que el papel del entrenador queda a un segundo plano y es entonces el fisioterapeuta el profesional al que acudir de manera periódica.
Una lesión típica descrita durante el ejercicio bibliográfico anterior, suele tener una recuperación total de entre 2 y 3 semanas. Cuándo hablamos de problemas musculares los protocolos suelen determinar una recuperación satisfactoria tras 4 o 5 sesiones de fisioterapia, para una lesión poco problemática como una pequeña rotura fibrilar, una tendinopatía o un traumatismo menos. Una lesión severa pero común, podría costar hasta 10 sesiones de fisioterapia, siendo esta por ejemplo una pequeña fisura por estrés, una rotura muscular o tendinosa, etc…
Si no llevamos un control exhaustivo desde un principio y hacemos una inversión mínima en nuestra salud física, tenemos muchas probabilidades de sufrir una lesión que nos pueda derivar en un gasto económico sumamente importante, en una cesión inmediata de la actividad deportiva y de una desmotivación severa por la práctica de dicha actividad.