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Es difícil no haber oído hablar de su historia. De sufrir un brutal atropello a volver a competir en 9 meses. Hoy, a cuatro días para Kona 2018, le dedicamos este artículo al hombre que pasó del Halo a la línea de salida de la carrera del año.

Protagonizó uno de los artículos que recientemente hemos publicado para hablar de los grandes candidatos al triunfo en Kona. Todos hemos oído hablar de él y de su historia, pero a 4 días para el Campeonato del Mundo de Ironman, Tim Don merece que recordemos que los milagros existen. Al menos si te marcas un objetivo y te dejas la vida en cumplirlo. Y es que él decidió que volvería a Hawaii y el 13 de octubre estará en la línea de salida.

Octubre de 2017. Quedan 48 horas para que de inicio el Mundial de Ironman de la temporada en Hawaii. Los favoritos, entre ellos Tim Don, ya están en Kona y preparan los últimos detalles para la cita del año. Allí, en uno de los últimos entrenamientos del británico sobre la bicicleta, sucedió. Un coche le atropelló y le dejo fuera de prácticamente todo. Fuera de la prueba que había preparado para ganar y a la que llegaba en un estado de forma que hacía temblar hasta a Frodeno. Pero fuera también de volver a nadar, pedalear y correr. O eso le dijeron.

Salvó su vida por segundos pero los doctores le dijeron que perdería para siempre la movilidad del cuello. Tim Don se había roto la segunda vértebra cervical. Pero apareció la opción del Halo. Nadie se lo recomendó: no garantizaba nada y atornillar un barra metálica a la cabeza le provocaría un dolor constante e inaguantable. Pero Tim tenía un objetivo y no iba a parar. Entrenó con el halo, sobre todo en el rodillo, y sin él cuando le pusieron el collarín tras tres meses de castigo con aquella pieza acoplada irremediablemente a su cabeza. Y siete meses después se colocó en la línea de salida del maratón de Boston. 

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Ya no es el tiempo de 2h49’42” que registró en el día de su reaparición. Ni por volver a competir en un triatlón llevándose la victoria en junio, en el Ironman 70.3 de Costa Rica. Ni por volver a correr dos distancias Ironman (Hamburgo y Copenhage) acabando en puestos de Top10. Ni por clasificarse para este Campeonato del Mundo de Kona, aunque fuera por repesca. Es por esa ilusionada idea que Tim Don tuvo clara desde que recuperó la consciencia tras el accidente. Es por la idea de volver a empezar en el lugar en que todo casi acabó. Es por la idea de hacer lo que hiciera falta por lograr todos estos increíbles resultados unos meses después. Es porque nadie nos puede representar más que Tim Don y su historia: una prueba más de que los milagros existen. Pero no llegan solos.

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