La Costa del Sol corona a la británica en una carrera de sonrisas y lágrimas en la que finalizó con el dominio del último trienio de Taylor Knibb y vio nacer a una nueva estrella. 
Lucy Charles-Barclay es la nueva reina del Campeonato del Mundo Ironman 70.3 después de una carrera en la que la británica expuso a la perfección la triatleta que es: intratable en el agua, sitiando a su rival más peligrosa sobre la bicicleta y asestando su golpe letal en la carrera a pie.
Pero la de Marbella fue mucho más que la confirmación del segundo oro de la británica en la distancia y la imposibilidad de contemplar un nuevo récord. En ella, revivieron los demonios de Kona para aparecer con su habitual maldad y cambiar el llameante tablero de juego en el que nada estuvo garantizado para nadie, ni para las favoritas, ni para las sorpresas agradables del día, como la de la mujer que copó el último cajón del podio.
CHARLES-BARCLAY INCENDIÓ LA NATACIÓN, KNIBB Y LEARMONTH LA CONTUVIERON
Volvieron las trenzas en Marbella al son del amanecer con la confianza y la rutina de aquella acostumbrada a ganar y, sobre todo, a perder y pasar página como si el recuerdo de un mal día solo fuese gasolina en un agua inflamable y ella Lucy Charles-Barclay (25:05) una pirómana vestida de purpura dispuesta a borrarlo con una exhibición que no necesitó siquiera de metros para dejar su huella y arrasar con cada brazada en un Mar de Alborán que ardió con la velocidad de la sirena británica.
Su provocación esperada dejó sin respuesta si quiera a la mujer llamada a pegarse a ella, una Jess Learmonth novel que sí cumplió con un rol protagónico y lideró junto a Taylor Knibb y Djenyfer Arnold el terceto – después dúo sin la carioca – que siguió el rastro incandescente de la inglesa. La acción y reacción en unas aguas más revueltas que lo entrenado en los últimos días resultó en una distancia de +47” después de un gran trabajo de contención de ambas perseguidoras. El resto de favoritas, incluidas, Kat Matthews, Solveig Løvseth o aspirantes a la sorpresa como Georgia Taylor-Brown, y Caroline Pohle lo hicieron a +2’06”. Una labor de control que se traspasó a la T1 donde la líder cedió unos valiosos segundos con el resto.
LØVSETH AGOSTÓ SUS OPCIONES Y CHARLES-BARCLAY SECÓ A KNIBB
La británica había prendido la mecha, sabiendo que por ahí pasaban sus opciones, pero conocedora también que su acción era la lumbre que necesitaba Knibb para prender su llama y la estadounidense no necesitó más que once kilómetros de esa primera ascensión a Ojén y sus 640M+ para atrapar y superar a su máxima rival. No obstante, Charles-Barclay era tan sabedora de la táctica de su rival como de su imperativa urgencia de sofocar cualquier conato de escapada de la tricampeona. Lo logró en primera instancia y mientras el pulso entre ellas tomaba forma y hacía incluso que Knibb echase la vista atrás para verla adherida a ella y en la posterior bajada verse superada, también lo hizo las dinámicas a sus espaldas.
Unas que colocaron en ese serpenteante escenario a Paula Findlay demostrando con su tercer lugar provisional el porqué es la campeona nacional canadiense de las dos ruedas para rodar a +2’15” a la altura de una Learmonth que lidiaba con el desnivel, a Matthews en un interesante margen a +3’30” que le permitía ‘jugar’ y a su par o en un margen de un minuto a escaladoras como Sif Bendix Madsen, Hanne De Vet, Taylor-Brown, Tanja Neubert o una Marjolaine Pierré que en Niza ya demostró que le gustaban terrenos así. En cambio, Løvseth quedó arrasada por las curvas y la ascensión y su marcha le situó al borde de los seis minutos respecto a la líder. La reina de Kona no tenía las piernas para calcar la remontada de hace un mes y la energía mostrada en la presentación era más una resaca eufórica que física.
Con las bases establecidas, en el valle central del segmento, Knibb y Charles-Barclay marcaron una especie de cortafuegos de +3’30” respecto a la pareja Findlay-Learmonth y de +4’10” con Matthews y Bendix Madsen a las que siguió una Pierré que era la última en ceder menos de cinco minutos en ese punto, el previo a la segunda ascensión del día e inversa a la inicial.
Una subida que careció del baile de la primera y lo que podía haberse convertido en un hervidero donde Knibb subiera la temperatura como la distancia con Charles-Barclay no fue el caso y Ojén fue testigo de su paso unido antes del descenso final. Lo mismo sucedió con el cuarteto perseguidor, al cual se tuvieron que rendir Findlay y Learmonth y permitir la entrada de unas Matthews y Bendix Madsen que descolgaron definitivamente a Pierré antes de vivir la sorpresiva marcha de Paula. Y, así, con un margen de 3’49” respecto al trío llegaron a la T2, el preludio de aquello de donde hubo fuego, rescoldos quedan.
CHARLES-BARCLAY DESTRONÓ A KNIBB E IMPONE SUS TRENZAS
Porque sí, las brasas seguían ahí y si bien Knibb contaba con ese factor estadístico de que la mejor ciclista siempre vencía en Marbella, lo cierto es que la realidad presente que no era otro que el historial en la carrera a pie jugaba a favor de Lucy Charles-Barclay y esta dispuso todo para avivar las ascuas restantes a la par que la canadiense hizo lo propio para neutralizar sus intentos sin percatarse que la auténtica amenaza apuntaba a proceder de la sombras, Kat Matthews. En liza la posibilidad de hacer historia de la norteamericana, el segundo entorchado de la sirena y el primero de la tercera en discordia.
KO DE MATTHEWS: ADIÓS A OTRA REMONTADA DE ÉPOCA, Y A PUNTO DE TIRAR POR LA BORDA LAS IRONMAN PRO SERIES
Sin embargo, cuando Matthews se hacía gigante y parecía imparable recortando hasta cuarenta y cinco segundos en el primer 5K, situándose a +2’45” de Knibb, el infortunio que evitó en Kona y azotó al dúo delantero se le presentó en Marbella con la misma crueldad que lo había hecho en Hawái con sus compañeras y con unos calambres evidentes – si no resulta ser una lesión algo más importante – su carrera terminó, con una imagen de esas que duelen y con ella sirvió en bandeja de plata el título de las Ironman PRO Series a una Solveig Løvseth en ascenso que tras ese KO lo tenía todo para hacerse con ellas, sin embargo, la británica salvó los muebles in extremis para alzarse con su segundo campeonato.
CHARLES-BARCLAY HIZO ABDICAR A KNIBB ANTES DEL 10K
Pero, el hoy no espera ni plañe a nadie y mientras las lágrimas de la que hasta ese momento corría tercera inundaban la pantalla, Charles-Barclay atrapaba y se despedía de Knibb hasta más ver. Y, detrás, las puertas del podio se abrieron de par en par para recibir a una nueva inquilina que en aquel instante tenía a Learmonth como arrendataria, pero su tiempo parecía y fue limitado ante una Tanja Neubert – cuarta – que era capaz de mantener el ritmo de Lucy, la más rápida y en el KM8 tomó el relevo.
Tras ello y pese a que Knibb trató de mantenerse cerca de Charles-Barclay a menos de medio minuto, Lucy no dio opción y justo después de pasar por el ecuador del medio maratón explotó la burbuja que las sujetaba cercanas y en menos de 5K la británica multiplicó su ventaja hasta rondar los dos minutos con 6K para cruzar la línea de meta. No, esta vez no hubo explosiones dramáticas en el último momento y Lucy Charles-Barclay (4:14:54) pudo disfrutar de los kilómetros finales antes de convertirse en bicampeona del Mundo de Ironman 70.3. ‘Cause it was a girl on fire.
Lo mismo que una Taylor Knibb (4:17:55) que sí, fue la mejor sobre la bicicleta pero como avisamos había perdido su dominancia en ella y no podrá ser la primera mujer en lograr un tetracampeonato consecutivo y desempatar en esa racha a tres compartida con Daniela Ryf, eso sí, se lleva su sexta medalla en la distancia.
NEUBERT, EL PODIO DE LOS DOS IRONMAN 70.3
A espaldas a ellas, más entretenida fue la pelea por el TOP5 con Neubert, Taylor-Brown, Pierré y Løvseth en una carrera por marcar el mejor sector final del medio maratón en unos ritmos súper igualados que hizo que, las rentas previas, decantasen la balanza a favor de la teutona y desplazasen por completo a Learmonth. Una Tanja Neubert (4:22:07) que con solo un 70.3 a sus espaldas, el que le dio la clasificación en 2024 para Marbella, y tras una temporada dedicada exclusivamente a las Series Mundiales de corta distancia, sella su debut en un Mundial Ironman 70.3 con un bronce que sabe a oro.
Porque ya lo avisó Charles-Barclay en las horas previas, las trenzas están de vuelta. Más fuertes que nunca.








