El ciclo de las tres grandes vueltas será digno de rompecabezas, empezando con la ronda gala el 29 de agosto y con la última etapa de la Vuelta el 8 de noviembre

Nunca antes se había vivido un calendario tan comprimido como el que veremos en este cuatrimestre final del año.

Los múltiples flancos de presión, con los equipos profesionales yendo a pique, los organizadores de carreras perdiendo dinero y la UCI sin poder dar abasto a todos ellos, han desembocado en un calendario imposible de acudir donde se deberán afinar los tiros al milímetro puesto que serán muchas citas las que se solapen.

Sin ir más lejos, aquellos que tomen la salida del Giro, no podrán hacer lo mismo en la Vuelta, puesto que la 1ª etapa de La Vuelta en Irún, coincide con la 17ª etapa en el Giro.

Más concretamente, el mes de octubre será para el Giro, partiendo el día 3 y acabando el día 25.

La Vuelta empezará el 20 de octubre y finalizará en Madrid el 8 de noviembre.

Por lo que respeta al Tour, este iniciará el día 29 de agosto para concluir en París el 20 de setiembre.


De la misma manera, tendremos las clásicas de por medio, con lo que los jefes de equipo de las escuadras expertas en este tipo de carreras tendrán que hacer de verdaderos ”crupiers” con sus cartas, descartando posibles victorias de etapa en Grandes Vueltas, que muchas veces pueden ser precursores de acuerdos con sponsors.

A todo esto, la UCI aún no se ha pronunciado acerca de las medidas de seguridad que se deberían de implantar en cada caso. Quién sí lo ha hecho ha sido Eusebio Unzué, director deportivo del Movistar Team, que ya ha manifestado que su equipo no tendría ningún problema en correr a puertas cerradas.

Veremos cómo se desencadena todo y cuáles son las reacciones de los corredores ante este panorama.


Así queda el calendario internacional: