El triatleta neozelandés Hayden Wilde, medallista de plata olímpico en Tokio, se encuentra en el centro de la polémica tras haber utilizado calzado no aprobado en su victoria del pasado French Riviera T100, disputado en Fréjus. A pesar de la controversia generada, los organizadores han confirmado que no habrá sanciones retroactivas ni descalificación, a pesar de que el propio deportista reconoció haber competido con un prototipo de zapatillas ASICS Metaspeed Ray, aún no autorizado por los organismos reguladores.

Wilde, quien se embolsó 25.000 dólares por su triunfo, reforzó con esta victoria su estatus de favorito para la serie T100, que otorga un premio para el vencedor final de 200.000 dólares al campeón. Sin embargo, las imágenes captadas después de la competicion.—incluyendo un audio con “micrófono abierto” donde hablaba con su entrenador— destaparon el uso de un modelo no permitido en ese momento.

REGLAMENTO Y LAGUNAS EN LA APLICACIÓN

De acuerdo con las normas de World Triathlon, los resultados pueden modificarse en cualquier momento si aparecen pruebas adicionales que lo justifiquen. En este caso, aunque existían elementos de evidencia, no se presentó ninguna protesta formal dentro del plazo habitual posterior a la llegada de los competidores.

En teoría, la organización tenía margen para actuar, ya que el reglamento no fija un límite temporal para sanciones por irregularidades de equipamiento. Sin embargo, tanto World Triathlon como la PTO, responsable de la serie, decidieron no avanzar en esa dirección. En cambio, anunciaron que revisarán y reforzarán sus procesos de control en futuros eventos.

EL PAPEL DE LAS ZAPATILLAS METASPEED RAY

Las ASICS Metaspeed Ray fueron lanzadas oficialmente este 11 de septiembre, apenas días después del evento. Técnicamente, su diseño no incumple las normas: tienen una altura inferior a los 40 mm permitidos y no incluyen múltiples placas de carbono. El problema radicaba en que no estaban disponibles en el mercado, un requisito clave de las reglas internacionales para evitar que los atletas compitan con ventajas derivadas de prototipos exclusivos.

La propia ASICS había recordado a sus atletas, mediante un correo electrónico enviado el 1 de agosto, que solo podían utilizar los modelos Metaspeed Sky y Metaspeed Edge Tokyo. El uso de cualquier prototipo podía acarrear sanciones, algo que aparentemente Wilde no tuvo en cuenta. Tras el evento, el neozelandés declaró que desconocía la restricción, aunque su conversación posterior con el entrenador Gary Lough —revelada en video— ha puesto en duda la credibilidad de esa afirmación.

REPERCUSIONES EN EL CIRCUITO INTERNACIONAL

Una eventual descalificación habría generado consecuencias mucho más amplias, ya que se sospecha que otros atletas también compitieron con el mismo modelo de zapatillas en la prueba T100 de Londres, celebrada semanas antes. En aquella ocasión, Wilde logró una victoria memorable.

El caso también ha puesto bajo la lupa la organización del evento. A diferencia de las pruebas de la Serie Mundial de Triatlón, en las que se revisa de manera obligatoria el equipamiento durante el registro, la carrera T100 de Fréjus no contó con una verificación exhaustiva de las zapatillas ni de otros elementos. Este vacío en el control facilitó que se produjera la infracción.

LA DECISIÓN DE NO SANCIONAR

La clave de la resolución adoptada se encuentra en el reglamento de competición de la World Triathlon, que establece que los resultados pueden ser revisados, pero también limita la reapertura de ciertos casos relacionados con decisiones tomadas “sobre el terreno de juego”. Bajo esta interpretación, los organizadores decidieron cerrar el capítulo sin más medidas disciplinarias.

Esta postura ha generado críticas entre parte del circuito y seguidores del triatlón, quienes consideran que la falta de sanción sienta un precedente peligroso para la integridad deportiva. La sensación general es que se perdió la oportunidad de enviar un mensaje claro respecto al cumplimiento estricto del reglamento.

INNOVACIÓN VS. LEGALIDAD: EL DEBATE DE FONDO

El triatlón, al igual que el atletismo, vive una constante tensión entre la innovación tecnológica en el equipamiento y el respeto a las reglas. En este caso, la diferencia es mínima: las Metaspeed Ray serían legales tan solo dos semanas después del evento. Sin embargo, el uso anticipado del prototipo plantea dudas sobre la ética competitiva y sobre si Wilde actuó de manera deliberada.

Mientras algunos restan importancia al hecho —argumentando que se trató de un error menor sin impacto decisivo en el resultado—, otros lo ven como un problema serio que puede erosionar la confianza en la equidad de la disciplina.

LO QUE VIENE PARA WILDE Y EL CIRCUITO T100

La controversia no parece frenar la proyección de Hayden Wilde en el circuito. El neozelandés continúa como firme candidato a conquistar la serie y hacerse con el gran premio de 200.000 dólares en la final programada en Qatar. No obstante, la sombra de este episodio podría acompañarlo durante el resto de la temporada.

Para la PTO y World Triathlon, el caso marca un punto de inflexión: deberán reforzar los controles y establecer protocolos más rigurosos si quieren evitar que se repitan episodios similares en futuras competiciones.