El neerlandés da la campanada al regresar a la competición de élite pero lejos del triatlón, antes de afrontar su primer training camp para el que ya tiene destino de moda.
Menno Koolhaas es sinónimo de uno de los tiburones más potentes de todos los triatletas de media y larga distancia. Especialmente entonado esta temporada, fue el mejor de los PRO’s en la travesía Ho’ala Swim previa al Mundial Ironman de Kona y ya en él lideró de nuevo la natación por delante de Sam Laidlow y nuestro Antonio Benito.
EN EL AGUA CONTRA LOS MEJORES
Dos meses después de ese mes de octubre esplendido, el TOP5 mundial ha vuelto a competir al más alto nivel, pero no ha sido en ningún triatlón o duatlón, sino que se ha puesto el bañador para enfrentarse a los mejores de su país en el Campeonato Nacional de Piscina Corta disputado en La Haya.
Un compromiso que llegaba a la agenda de Koolhaas con dos motivaciones. La primera, como una forma de probar los progresos de su nado tras tomarse tres semanas de descanso y comprobar si había “recuperado la forma física”. La segunda, regresar a uno de sus orígenes y “volver a competir en piscina cubierta después de mucho tiempo” así como “afrontar nuevos retos y vivir nuevas experiencias”.
EL MÁS DIFÍCIL TODAVÍA
Sorprendentemente, fue el 800m y no el 1500m la prueba elegida por el triatleta para su retorno a la piscina. Enclavado en las series lentas, Menno Koolhaas terminó en decimoséptima posición con un crono de 8:49.85, lejos del 7:54.47 con el que Tiago Fonseca se llevó el oro. Lo que en términos de finales, hubiese rozado la Final B. Sin duda, un resultado aceptable a estas alturas del año para el triatleta, y más dándose en una piscina de 25m donde los virajes – a pesar de ser fondo – toman una mayor relevancia y los especialistas en ellos sacan buen rédito.
“Bonita experiencia en los nacionales, pero prefiero las aguas abiertas” era la reflexión del protagonista al concluir su participación. Para eso, ya están los nadadores profesionales como Jordan Crooks de cuyo récord mundial en el 50m en el Mundial de Piscina Corta de Budapest todavía nos estamos recuperando. Puedes verla, aquí.
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RUMBO A ÁFRICA
Oro Valley, Boulder, Font Romeu, Sankt Moritz, Lanzarote… la ristra de escenarios convertidos en cuarteles generales de los triatletas no ha dejado de sumar localizaciones. Sin embargo, Koolhaas seguirá los pasos de Marta Sánchez – quien en el último año ha hecho de Kenia su bastión – al decantarse por un país africano como la base para sus stages.
Si la catalana escogía la cuna de alguno de los mejores atletas de fondo del mundo, el neerlandés se ha decantado por Namibia para hacer lo propio, un destino en el que en las últimas semanas hemos visto triunfar a Erik Merino tanto en Sandman Triathlon como en el gravel con su participación en el Namibia Desert Dach. “El invierno holandés es gris, lluvioso y oscuro, precisamente por eso estoy deseando que llegue el primer training camp de 2025. Una vez más, me dirigiré a los impresionantes paisajes de Namibia para escapar del frío y entrenar en condiciones cálidas y soleadas” son algunas de las razones que ha aducido para desplazarse a un lugar predominantemente desértico, de clima subtropical y una altitud que en gran parte de él no baja de los 1200m.
“Aún no sé qué me deparará la temporada 2025, pero una cosa es segura: ¡esta será la manera perfecta de sentar las bases de un año emocionante y lleno de éxitos!” es el ánimo con el afronta su pretemporada africana. Tras un 2024 potente, pisar el podio por primera vez en un full Ironman podría ser su siguiente gran reto, o quien sabe si un regreso puntual a las T100 con mismo objetivo.