El recientemente Campeón de Europa en distancia IRONMAN se ha pasado por su podcast para contar sus sensaciones en Frankfurt, pero también para hablar de cómo ha sido su regreso a la larga distancia, las reflexiones post París y sus predicciones para el Mundial IRONMAN de Kona, su segunda gran cita del año.
LA AGRADABLE SORPRESA Y CAMBIO DE ESTRATEGIA EN FRANKFURT
“Ha sido agradable volver a la larga distancia” son las palabras de un Blummenfelt cuya victoria en IRONMAN Frankfurt contrarrestaba a su decepción en los Juegos Olímpicos y su maltrecha temporada en corta.
Nada nuevo respecto a lo que dijo en la propia línea de meta tampoco que admita que fue a Alemania con la mera intención de “terminar la carrera” y por ello que, tras un calendario con prioridad a la cita olímpica, llegaba con una preparación “muy limitada”.
“Me la jugué a ir más reservado y tratar de ‘utilizar’ a los rivales para acostumbrarme de nuevo a estas dinámicas de grupo y el Race Ranger”. Esa sí era la primera de las confesiones. Una vertiente más analítica, fría que a la que nos tiene acostumbrados – especialmente sobre las dos ruedas – con un único fin “Obtener experiencia para Kona”. Paradójico para alguien que ya sabe lo que es ganar en la Gran Isla.
“En la salida pensé ‘voy a correr lo más fuerte que pueda y sobrevivir sólo tres, cuatro, cinco horas’. Así que me sorprendió bastante cómo pude mantenerme el final de la bici”. Ahonda Kristian en esa sensación entre reencuentro, desconocimiento y falta de preparación que remata al admitir que “3:45min/km” era el ritmo máximo que iba a poder alcanzar corriendo.
“NO SÉ SI ME HA CAMBIADO DE PENSAR SOBRE EL ENTRENAMIENTO PARA IRONMAN”
Su rendimiento en Frankfurt supone una contradicción a lo previsto que se une al error en el imaginario de lo que iba a suceder en París. Un doble error de cálculo que le lleva a “reflexionar sobre los últimos 12 meses y tratar de aprender” y en el cual ya ha sacados sus primeras conclusiones
“Tal vez faltó una carga de trabajo de alrededor de 30-40’ de intensidad, divididos entre 3’ y 10’ para que el corazón latiese más rápido” es su deducción sobre el fallo en la preparación para los Juegos Olímpicos.
Pero también le ha generado dudas como demuestra su respuesta al ser preguntado si esa dualidad de sesiones (CD – LD) ha cambiado su forma de pensar sobre el entrenamiento para IRONMAN. “Es complicado. No estoy realmente seguro”. Y ponía como ejemplo las sesiones de umbral en la carrera a pie “Son buenas si las haces todo el tiempo” y completaba “Es bueno para la carrera, sobre todo si lo haces overpaced. Si eres capaz de hacer 20-25K a 3’20” o 3’10”, creo que el 3’30” te resultará más fácil de forma natural y con mejor zancada, que si haces demasiado volumen a 3’45” o 3’50”.
“EL TRABAJO EN LA PISCINA PARA PARÍS HA FUNCIONADO”
Negatividad y dudas no es lo único que extrae del plan para París, también hay hueco para la vertiente más positiva como lo es su flanco débil, la natación “La cantidad de trabajo en la piscina de cara a París ha ayudado mucho (en IRONAMAN)”.
E indirectamente también se ha visto beneficiado sobre la bici. No en una mejora de la posición, pero sí en la potencia al combinar el uso de ambas. “Realmente no lo sé, pero lo que he escuchado de otros ciclistas y triatletas es que si solo montas en la cabra pierdes un poco de esa potencia contundente. Una potencia que sobre la bici de carretera que podemos generar naturalmente más potencia por la posición del sillín”.
Dos mejoras con las que pretende “sorprender” y deslumbrar en el Mundial IRONMAN de Kona.
“SÍ, HAY POSIBILIDADES QUE SE ROMPA EL RÉCORD”
“Creo que sí, que hay posibilidades reales que se rompa el récord de la carrera a pie de Kona” es la excitante afirmación que deja Kristian. De ser cierto, supondría correr más rápido que el 2:36:15 que fijó Gustav Iden hace un par de años.
Una declaración en la que no revela el nombre de quién cree que podría hacerlo, pero en la que él mismo podría encajar. No en vano Blummenfelt dio un recital en la carrera a pie en Frankfurt, un maratón que saldó en 2:32:29, lo que abre la puerta a unos números de escándalo en Kona. Sin embargo, el noruego se muestra prudente, más si cabe con las diferencias de ambos recorridos “Supongo que en Kona correré más lento que en Frankfurt, porque las colinas de Kona te quitan energía, hace más viento, calor y humedad que en el recorrido plano y rápido alemán”.
No obstante, el ‘toro’ confía en ejecutar su carrera más rápida en la isla “Debería poder correr más rápido que el 2:39 que hice en 2022 si salgo bien de la bici”.
La pregunta por resolver es ¿Más de tres minutos mejor? O serán los Iden, Laidlow, Ditlev y compañía los que consigan dar ese bocado al crono.
“NO PUEDO BAJARME DE LA BICI A CINCO MINUTOS”
Lo que sí tiene claro Blummenfelt es con cuánta desventaja no puede bajarse de la bici. “En Kona no puedo bajarme de la bici a cinco minutos como en 2022”. Es a la desventaja que tiene claro no puede ceder al llegar a la T2. La actuación de Laidlow en 2022 y el progreso que este ha podido tener desde entonces, o la más reciente de Ditlev en Challenge Roth le hacen ser taxativo al respecto y señala dónde va a enfocarse hasta que llegue la esperada cita en octubre “Va a ser necesario subir el nivel en la bici y trabajar más en ella” y concluye “Intentaré estar cerca de ellos al bajar de la bici”.