Como de costumbre, el canadiense no mete la mierda bajo la alfombra. En su último video Lionel Sanders se abra en canal para analizar su última participación en el Campeonato del Mundo IRONMAN .

Reflexión en voz alta ¿Vencer IRONMAN Kona o al paso del tiempo?

Al inicio del video, Sanders enfrenta una de las críticas más comunes que recibe: si aún es capaz de ganar en Kona a su edad. Con su característico sentido del humor, recuerda que, a sus 36 años, todavía tiene tiempo para mejorar. En este sentido, toma como inspiración a Patrick Lange, que ha conseguido su tercera corona de campeón en Kona con 38 años.

“Mi batalla no está y aún Kona sino en obtener una mejor versión de mi mismo. La edad no es un problema sino una motivación extra”

Sanders deja claro que para él, este viaje es menos acerca de ganar y más sobre “conquistar esta búsqueda personal”. Explica que se ha convertido en una travesía por alcanzar una versión ideal de sí mismo en el deporte y resta importancia al resultado a pesar de no estar para nada satisfecho.

Luces y sombras de su última actuación en Kona

Sanders desglosa su actuación en cada segmento, comenzando con la natación, su disciplina más débil y el segmento donde menor presión sintió. A diferencia de otras ocasiones, Sanders admite que tuvo una natación “relativamente cómoda”, logrando posicionarse en su grupo sin problemas. Aunque fue consciente de que podría haber empujado un poco más para no perder tanto tiempo, reconoce sus limitaciones y se siente satisfecho con su rendimiento. Sin duda, este enfoque positivo es un cambio notable respecto a sus valoraciones en competiciones anteriores y lejos de la decepción que suele mostrar.

La transición a la bicicleta, sin embargo, fue un punto crítico. Sanders relata que su plan inicial era sostener una potencia de 300 a 305 vatios, basado en sus entrenamientos previos, donde alcanzaba este rango de forma estable. En su evaluación reconoce haber cometido un error, a la postre grave

Mis entrenamientos y las series de intervalos cortos no fueron la mejor preparación una prueba de resistencia tan exigente como es Kona. Definitivamente la he cagado en la preparación

Durante la carrera, Sanders se vio obligado a reducir la potencia progresivamente hasta acabar con un promedio de 290 vatios, resultado que describe como una “disminución, pero no un colapso”. A pesar de sus ajustes, reconoce que la fatiga acumulada en el tramo final lo hizo llegar al segmento de carrera a pie ya exhausto, afectando sus probabilidades de mantener un buen rendimiento. Comenta incluso que su media bajó a los 275 vatios en los últimos minutos, algo muy por debajo de lo exigible para un aspirante a los puestos de honor.

Maratón final: crónica de una petada anunciada

A pesar de las sensaciones en bici, el canadiense tenía la esperanza de sostener un ritmo constante de 3:55 que le ofreciera una remontada a puestos de Top10. Por desgracia para sus pretensiones le bastaron 6 kilómetros para percatarse de que mantener ese ritmo sería insostenible, y empezó a notar signos de agotamiento.

Aunque intentó perseverar sin caminar, hacia el kilómetro 38 se vio obligado a alargar las  paradas en los avituallamientos para recuperar fuerzas. Para Sanders, esta experiencia fue un duro golpe de realidad y la confirmación de que no tiene el nivel necesario para ser competitivo en Hawaii.

Sanders habla una vez más y en eso no podemos decir que no sea machacón, el “ajuste adecuado” para la larga distancia. Un discurso que parece repetir cada vez que no logra un objetivo importante y que seguramente habría hecho abandonar a más de uno.

El futuro de Sanders está claro

Sanders finaliza el video compartiendo su deseo de seguir compitiendo y mejorando. Si bien Kona lo ha derrotado nuevamente, afirma que no está ni desanimado ni decepcionado. Por el contrario, este revés se ha convertido en una motivación renovada para regresar en 2026 y probar una vez más su capacidad. Para él, la clave de la carrera y del entrenamiento reside en aprender de cada experiencia, haciendo ajustes en el camino y, lo más importante, disfrutando del proceso.