El tapering —conocido en español como “puesta a punto” o “afinamiento”— es una fase de entrenamiento en la que se reduce de forma progresiva la carga física y mental para llegar al día de la competición en el mejor estado posible. No se trata de dejar de entrenar, sino de ajustar volúmenes, intensidades y descansos con el objetivo de potenciar la recuperación del cuerpo y afinar el rendimiento.

En triatlón, donde las demandas son extremas y los periodos de preparación largos, el tapering cobra una importancia aún mayor. Esta semana, con el Mundial IRONMAN de Niza a las puertas, cientos de triatletas de élite y grupos de edad en Niza estarán viviendo esa fase crucial en la que cada detalle puede marcar la diferencia.

LA LÓGICA DETRÁS DEL TAPERING

Durante los meses de entrenamiento acumulamos fatiga, microlesiones musculares y desgaste mental. El tapering permite:

1 – Regenerar músculos y articulaciones, reduciendo el riesgo de lesión.

2 – Reponer reservas de glucógeno y optimizar la energía disponible.

3 – Restaurar el equilibrio hormonal y reforzar el sistema inmune.

4 – Mejorar la frescura mental, clave para afrontar una prueba tan exigente como un IRONMAN.

Se estima que un tapering bien planificado puede mejorar entre un 2% y un 6% el rendimiento final, un margen enorme cuando hablamos de horas de competición.

CÓMO SE APLICA EN TRIATLÓN

El tapering no es igual para todos, pero hay ciertos principios comunes:

1 – Reducción progresiva del volumen: entre un 40% y un 60% respecto al pico de entrenamiento.

2 – Mantener cierta intensidad: los entrenamientos no desaparecen, se incluyen estímulos cortos e intensos para no perder chispa.

3 – Ajustar la duración: lo habitual es una fase de 7 a 14 días, dependiendo del nivel del triatleta y la distancia de la prueba.

En el caso de un IRONMAN, los expertos suelen recomendar un tapering de al menos dos semanas, aunque algunos deportistas lo extienden hasta tres y otros sin embargo hacen solamente una.

VENTAJAS Y BENEFICIOS

1 – Mayor frescura física y mental: la sensación de ligereza en los últimos entrenamientos es un indicador de que el cuerpo responde.

2 – Mejor concentración: al no estar agotado, el triatleta puede enfocarse en la estrategia de carrera y la nutrición.

3 – Rendimiento óptimo en el día clave: cada gramo de energía ahorrado se convierte en minutos ganados en la competición.

POSIBLES CONTRAS Y ERRORES COMUNES

El tapering, mal entendido, también tiene riesgos:

1 – Exceso de descanso: algunos triatletas reducen tanto la carga que llegan con sensación de pérdida de ritmo.

2 – Ansiedad o inseguridad: entrenar menos puede generar dudas, sobre todo en deportistas acostumbrados a altos volúmenes.

3 – Cambios drásticos de rutina: variar demasiado la alimentación o los horarios puede romper la estabilidad ganada en la preparación.

El secreto está en encontrar el equilibrio: descansar lo suficiente para recuperar, pero mantener la chispa competitiva.

EL TAPERING EN EL MUNDIAL IRONMAN

Esta semana, los triatletas que compiten en el Mundial IRONMAN de Niza afrontan sus últimos entrenamientos con sesiones más cortas, algunos toques de intensidad y mucho trabajo mental. Mientras afinan la estrategia, revisan material y ajustan la nutrición, el tapering les ayuda a llegar a la línea de salida con la mezcla perfecta de energía, frescura y confianza.

EN CONCLUSIÓN

El tapering es mucho más que “entrenar menos”: es el arte de afinar el motor en el momento preciso. Puede marcar la diferencia entre un día de sufrimiento y una actuación memorable. En el triatlón, donde cada detalle cuenta, aprender a aplicar bien esta estrategia es tan importante como sumar kilómetros en la preparación.

En Triatletas en Red seguiremos estos días de cerca cómo los grandes protagonistas del Mundial IRONMAN de Niza gestionan este proceso invisible pero decisivo. Porque, al final, el rendimiento del día D se cocina en silencio durante estas semanas previas.