Eva Ledesma siente el triatlón con todos sus sentidos y quiere transmitir esa pasión con los que la rodean. No sólo quiere, sino que trabaja para ello con grandes y pequeños triatletas. Desde un segundo plano en sus prioridades, sigue la Ledesma triatleta, que ha labrado unos resultados de éxito esta temporada 2017.
Reciente medalla de bronce en el Campeonato de España de triatlón sprint y doblete a nivel regional hace apenas un mes, proclamándose campeona de Cataluña de triatlón olímpico y sprint.
La vuelta a unos campeonatos de España
La competición celebrada el pasado fin de semana en Banyoles fue de ensueño para Ledesma, quien conseguía un resultado inesperado. Con el dorsal 84, la triatleta de Lérida “salía sin presión, fuera del ranking, sencillamente iba a dar lo mejor de mí. Llevo mucho tiempo (3 años) sin estar en un campeonato de España y esto suponía que no conocía en acción a muchas de las chicas del panorama Español”.
Dicen que la ilusión mueve el mundo… Pues este éxito también se debe, en parte, a la ilusión y motivación de Ledesma. “He tenido la ilusión de correr este campeonato porque participaban 10 de los jóvenes del equipo que llevo y he aprovechado para disfrutar de un día de triatlón”. Día redondo.
La actual Ledesma
En la actualidad, “no me planifico la temporada porque con el poco tiempo que tengo no quiero estresarme por tener que hacer entrenamientos”. Son cuatro las carreras en las que Ledesma ha competido este año, pero, a su vez, “he hecho una temporada súper larga de seguimiento a mis triatletas. Hemos estado en el Campeonato de España y en el Europeo de Duatlón, a casi todo el circuito de triatlón catalán y hemos terminado en Banyoles”. Simplemente, confirma: “Me gusta acompañarles y me siento feliz así”.
Ledesma quiere enseñar, transmitir a los demás, y sobre todo a los más jóvenes, su pasión por el triatlón. “Me siento afortunada de trabajar con jóvenes y adultos que quieren mejorar y aprender de este deporte”. Su entrenamiento queda en un segundo plano. “Quizá no me crean, pero puedo dedicar 6 horas máximas de entrenamiento a la semana, no preparo específicamente una carrera u otra, simplemente intento mantenerme en forma con cosas que me sienten bien y me gusten”.
Además, siente que los cambios de hábitos que ha realizado en los últimos años son parte de la clave del éxito: “Mi cuerpo ha cambiado, ya que peso 8 kg menos de cuando estaba compitiendo en la élite”. Son cambios principalmente “en mi alimentación, importantes para mi vida. Son 3 años con una dieta Paleo (libre de azúcares e hidratos)”.
Mirada atrás
Ledesma confiesa: “Me hubiera gustado ser competitiva en distancias cortas -Sprint u Olímpica- pero no conseguí tener muchas oportunidades, o quizá llegué tarde a este deporte o no tuve la paciencia en el momento adecuado para quedarme y luchar por un sueño Olímpico”.
Sus 4 años como becada en la BLUME le “aportaron muchas cualidades como deportista y tuve la oportunidad de conocer a Cesar Varela, quien fue mi guía, entrenador, amigo y cómplice en esa etapa”. Durante los siguientes años (2009-2012), la larga distancia fue la elección de Ledesma: “Me fui a vivir a las islas y en esta distancia veía recompensados mis esfuerzos en entrenamientos. Conseguí ganar carreras que me permitían vivir de este deporte. Pero no fue fácil, y ya a mis 32 años decidí poner fin a esa etapa”. El paso previo a su nueva faceta como entrenadora.
Su faceta más solidaria
Ledesma es guía de Sergi Jurado, un triatleta con sordera. La admiración de la triatleta hacia su discípulo se palpa con sus palabras: “Sergi es un chico valiente, que ama el deporte y el triatlón y que su sordera no le ha creado una barrera”.
Como guía, “llevo 5 años acompañándole en sus entrenamientos, donde le he intentado dar confianza y seguridad para competir de igual a igual con deportistas sin ninguna deficiencia”. Él ha conseguido “una beca GAES para que este colectivo de chicos sordos pueda conseguir que el reglamento del triatlón cambie”.
La nota sobre Ledesma
La música, tan importante para Ledesma, quien fue pianista profesional antes de dedicarse al triatlón, le acompaña en su andadura como fundadora de su propio club. En el momento de crearlo, quería “que vibrase a buena sintonía y qué mejor forma de hacerlo que con la nota “la”, para estar bien afinados para nuestros retos”. Así fue como lo bautizó con el nombre de TRI-4.40.