El Alpecin-Fenix de Van der Poel decidió contratar el año pasado al ganador de un campeonato ‘online’, una apuesta exitosa que otros equipos no terminan de ver clara
Hace poco más de un año, el equipo Alpecin-Fenix en el que corren ciclistas de la talla de Mathieu Van der Poel, Tim Merlier y Jasper Philipsen realizaba un anuncio sorprendente. Había alcanzado un acuerdo con la aplicación de ciclismo Zwift para que el ganador de su competición virtual Zwift Academy obtuviera un contrato profesional en 2021. Dicho con otras palabras, abría la ventana al profesionalismo a quien fuera más rápido y potente haciendo girar un rodillo conectado a internet. Parecía entonces una mera acción publicitaria destinada a potenciar una ‘app’ que ya patrocinaba con anterioridad a la escuadra belga y, claro está, en parte lo era. Pero ha resultado ser mucho más.
El ganador de esa competición de eSports el año pasado resultó ser Jay Vine, un australiano de 24 años que trabajaba como funcionario, que apenas se había desempeñado en el campo amateur y que había empezado su carrera en el ciclismo de montaña. Lo previsible era que el chico no pasara de ser, en el mejor de los casos, un gregario decente en carreras de poco nivel, pero sus resultados han evidenciado todo lo contrario, llegando a ser el líder del Alpecin en algunas pruebas. En sus 38 días sobre el asfalto esta temporada consiguió ser segundo en la general de la Vuelta a Turquía, quinto en la etapa reina de la Vuelta a Burgos y tercero en una etapa de la Vuelta a España… pese a sufrir una caída ese mismo día. El funcionario australiano es ahora un ciclista profesional residente, como tantos, en Girona.
El confinamiento
Las ‘apps’ de ciclismo, en efecto, se pusieron de moda durante el confinamiento, aunque ya existían desde hace algunos años. En muchos países, incluido España, los corredores profesionales se vieron privados de salir a entrenar al aire libre durante varias semanas, por lo que recurrieron a este tipo de herramientas, que les daban la oportunidad de pedalear con la exigencia que ellos desearan y compartir fácilmente sus datos de rendimiento con entrenadores y aficionados. También dio la opción de que profesionales y amateurs compitieran juntos, aunque fuera de forma virtual.