Pocos atletas han dejado una huella tan profunda como Jan Frodeno. En su entrevista para Breakfast with Bob desde Kona, el tres veces campeón del mundo compartió su visión sobre el deporte, su evolución personal y resume la experiencia acumulada a lo largo de su carrera, desde su triunfo olímpico en 2008 hasta sus años dominando el circuito de Ironman.
El Paso de las Generaciones en el Triatlón
Frodeno se mostró fascinado por la evolución del triatlón y el impresionante nivel de la nueva generación de atletas. Según explicó, los tiempos en las competiciones se han vuelto mucho más rápidos y exigentes.
“Antes, si nadabas 50 minutos, rodabas en 4:15 y corrías en 2:50, estabas en la pelea. Ahora tienes que nadar en 45 minutos, rodar en 4:02 y correr en 2:35”
Comentaba con admiración. Para Frodeno, este avance no solo se debe a mejoras tecnológicas, como en las zapatillas de correr o la aerodinámica, sino también a la evolución del propio atleta y al acceso a datos científicos y una nutrición más avanzada.
“Hoy en día, si no tomas cuatro geles por hora, estás en problemas”
mencionó en tono reflexivo.
A pesar de ser parte de una generación anterior, Frodeno no envidia a los nuevos talentos que irrumpen en el deporte sin temor. Para él, esta confianza y valentía de la juventud es lo que mantiene al triatlón con vida. Los jóvenes no se limitan a soñar con estar en el Top 10, sino que llegan con la firme convicción de ganar y romper récords. “Eso es lo que hacen los récords, inspiran a la próxima generación a darlo todo“.
Los Aprendizajes de Kona: Del Fracaso al Éxito
Jan Frodeno llegó a Kona por primera vez después de ganar el oro en los Juegos Olímpicos de 2008, pero no fue hasta su tercer intento que logró conquistar el título mundial. Reflexionó sobre los errores cometidos en su primera aparición, cuando solo tomó un par de geles durante todo el maratón y, entre otros descuidos, olvidó cambiarse de ropa antes de la carrera a pie. Sin embargo, fue precisamente ese tropiezo lo que encendió su determinación para regresar con más fuerza.
“Probablemente, lo que más me impulsó fue la rabia”
confesó Frodeno, subrayando que el hambre de demostrar su valía fue un motor clave en su éxito posterior.
Habló también sobre el mítico Energy Lab, una sección del recorrido de Kona conocida por sus condiciones extremas de calor y agotamiento mental. Aunque en aquellos años el triatlón era menos científico y más un terreno de descubrimiento, Frodeno destacó lo gratificante que fue formar parte de una época en la que los atletas aún estaban descifrando cómo dominar la carrera más prestigiosa del mundo.
La Psicología de Ironman: Superar la Adversidad
Uno de los temas más recurrentes en la conversación fue la fortaleza mental necesaria para triunfar en un Ironman. Frodeno explicó que, incluso en sus mejores días, hubo momentos en los que estuvo al borde de abandonar.
“Desde fuera, parecía que tenía todo bajo control, pero estuve a punto de rendirme al menos 14 veces”
comentó. Sin embargo, para él, la verdadera esencia de la carrera reside en la capacidad de seguir adelante cuando todo parece perdido. “La mayor recompensa es demostrarte a ti mismo que puedes hacerlo cuando crees que no puedes”, afirmó con convicción.
Su mantra personal, inspirado en los cohetes de la NASA, era simple pero poderoso: “Quiero, puedo, lo haré”. Esta mentalidad lo ayudaba a mantenerse enfocado tanto en los momentos de euforia como en los de agotamiento total, recordándose constantemente que cada paso adelante lo acercaba a la meta.
De los Juegos Olímpicos a Kona: Dos Triunfos Icónicos
Frodeno también compartió cómo su vida cambió drásticamente después de ganar el oro en los Juegos Olímpicos de 2008, su primera victoria internacional, y luego conquistar Kona en 2015. Aunque ganar una medalla olímpica le dio un reconocimiento global instantáneo, él cree que repetir el éxito en Kona, después de superar múltiples adversidades, le brindó una satisfacción más profunda y duradera. “El valor de la consistencia es algo que aprendí tras esos triunfos“, explicó, refiriéndose a cómo la perseverancia y la capacidad de superar obstáculos fueron claves en su éxito a lo largo de los años.
Reflexiones sobre el Futuro y el Legado
Con el paso de los años, Jan Frodeno ha transitado hacia una etapa de su vida en la que ya no siente la misma presión por competir al más alto nivel, pero sigue profundamente conectado con el deporte. Hoy, como mentor, embajador y líder en la comunidad del triatlón, sigue dejando su huella, no solo en las competiciones, sino también a través de su trabajo filantrópico y su impacto positivo en las futuras generaciones de triatletas.
Para Frodeno, Kona sigue siendo un lugar especial, no solo por su relevancia en el deporte, sino por la energía única que emana de los atletas y aficionados que se reúnen cada año.
“Kona es como un pequeño pueblo olímpico para los atletas amateurs”
, concluyó, reflejando su aprecio por este evento que ha marcado su vida deportiva y personal.