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La cancelación de Montreal se suma a la supresión en el calendario de pruebas históricas como Leeds en Reino Unido.

El viernes World Triathlon daba a conocer la cancelación de los eventos de la Serie de Campeonatos Mundiales de Triatlón 2024 y la Serie de Relevos Mixtos Montreal, originalmente previstos para el 14 y 15 de septiembre.

A diferencia de lo sucedido en Abu Dabi, donde los avatares climatológicos estuvieron detrás de dicha suspensión, los motivos económicos lo hacen en el caso de la prueba del Quebec. Tal y como ha comunicado el presidente del WTCS Montreal, Patrice Brunet Desafortunadamente, hasta la semana pasada, no recibimos suficientes confirmaciones de los financiadores públicos con respecto al WTCS para completar una planificación presupuestaria responsable. Un retraso en las decisiones afirmativas de subvención a falta de seis meses para la competición que han derivado en una incertidumbre insostenible para llevarla a cabo “Se han presentado solicitudes, pero dado que la mayoría de las respuestas formales aún no se han recibido en esta fecha tardía, nuestra junta no está preparada para seguir adelante con un riesgo tan grande”.

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UNA DEPENDENCIA PÚBLICA INSOSTENIBLE


A priori, quizá sorprenda el impacto que una demora o denegación de ayudas otorgadas por los estamentos públicos pueda tener en el condicionamiento o “muerte” de un evento de las Series Mundiales. Lo cierto es que, tal y como desvela el propio Brunet “la financiación pública representa más del 70 por ciento del presupuesto”. Un porcentaje de dependencia tremendamente elevado que nos lleva a pensar que.

Pero que no nos debe extrañar tras analizar la deriva actual de las pruebas tradicionales del calendario. El ejemplo más evidente, y el que, a su vez, nos plasmó más gráficamente la situación es Leeds, Sunderland y la British Triathlon.

LOS NÚMEROS NO MIENTEN


Sin un evento de las Series Mundiales en suelo británico por primera vez en años, en 2023 su organismo rector describió esta decisión como una “Víctima de un clima económico desafiantes con gastos generales en alza”.

Para hacernos una idea, según expusieron, el coste actual de albergar una prueba de las Serie Mundiales asciende a un mínimo de 650.000 dólares. En partidas, la producción televisiva es la más elevada con 250.000 dólares de gasto, le siguen los premios en metálico con 200.000$ y la tarifa de hospedaje de los deportistas con un total 150.000$. Además, hay que sumarle extras como subvenciones de viaje de 36.000$ o 16.000$ para otros elementos televisivos.

Una base expuesta a otras cargas que la elevan ostensiblemente, y por las que el director ejecutivo, Andy Salmon, sentenció “el desembolso de 1,5£ millones y las pérdidas año tras año ya no pueden justificarse por grandes que sean”.

Inviables de soportar para una Federación Británica que genera alrededor de £12 millones al año, pero que no tiene total autonomía sobre ellos. De hecho, alrededor de la mitad del total llega en forma de subvenciones de UK Sport y Sport England, por lo que, aunque parte del dinero puede invertirse en eventos importantes, este viene con condiciones. En concreto, financiar el programa de élite del día a día y dedicar otra parte de él a la base a lo largo y ancho del territorio que revierta a futuro en el crecimiento del triatlón.

NUEVAS VÍAS DE INVERSIÓN O NUEVOS DESTINOS

Los números rojos de Leeds o Montreal obligan a pensar que para hacer las Series Mundiales económicamente exitosas, el modelo de financiación necesita un rediseño. Que no es otro que, permitir la inyección de dinero privado (sponsors, empresas, asociación…) que puedan reducir el peso del aporte público y reducir su dependencia. Un cambio al que no sabemos si World Triathlon estaría dispuesto a acceder porque también puede perder cierto control sobre su circuito. O esperar que otros destinos, lleguen apostando fuerte. Por ejemplo, en los últimos años, España acogiendo la Gran Final en Pontevedra y en Torremolinos.

EL TRIATLÓN OCCIDENTE VS ECONOMÍAS EMERGENTES


Por otro lado, la “caída” de Montreal y la respuesta inmediata de China para que Copa del Mundo de Weihai (China) del 27 de septiembre ejerza como la quinta sede de las Series Mundiales de este año, es más significativo de lo que parece.

Indicativo del cambio de las economías públicas globales. Un Occidente limitado, superado por un Oriente, cuya proyección económica de los emiratos y su sportswashing a través de la inversión deportiva, va en auge y que se complementa con el paso al frente de los países asiáticos (China, Hong Kong, Singapur etc).

Sea como sea, esperemos que World Triathlon halle la solución para su futuro y su calendario no se vea de nuevo comprometido una vez iniciada la temporada, condicionando las opciones de sus deportistas.

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