La británica analiza con Frodeno cómo afronta los momentos de crisis, lesión o el diagnóstico de celiaquía en una temporada que le ha dejado casi en blanco.
La figura de Lucy Charles-Barclay es tan relevante que ni un curso aciago marcado por las lesiones que le han impedido apenas competir y obligado a no defender su corona mundial en Ironman o luchar por el título en el circuito del T100 World Triathlon Tour, le restan protagonismo. Tras un año a la sombra debido a todo ello, la inglesa ha compartido confidencias con Jan Frodeno sobre cómo ha vivido esos momentos y el ímpetu por volver, pero también el reto de cumplir las expectativas generadas o la gestión de la presión.
“EL TRIATLÓN ES ESTAR EN EN EL FILO DE LA NAVAJA ENTRE ESTAR O NO SALUDABLE”
Más de medio año mínimo será el tiempo que transcurra entre la última aparición de Lucy Charles-Barclay y la siguiente de la que todavía se desconoce cuándo será. Un lapso de incertidumbre y trabajo tras los focos que revive de nuevo y que tal y como relata junto a Frodeno, se trata de una convivencia habitual en su mundo “En el triatlón pasamos mucho tiempo en ese filo entre el nivel más alto de rendimiento, estar saludable y no estarlo”.
“SUFRO CUANDO NO PUEDO SALIR A CORRER”
Sometida al yugo del segundo, su retorno pasa por “Hacer lo que amo sin presión y creer que se puede superar para volver a estar saludable”. A pesar de ello, la triatleta reconoce la angustia con la que ha lidiado, especialmente ante su incapacidad para poder entrenar la carrera a pie “Hay algo de magia en la natación y el ciclismo, pero el mayor chute de energía lo obtengo corriendo, así que cuando me quitan eso, realmente sufro” y la liberación y tesoro que supone poder volver a practicarla aun y con padecimiento “Disfruté un poco de ese sufrimiento. Es bueno tener eso de vuelta y no darlo por sentado, apreciar lo que el cuerpo puede hacer”.
“VOLVER ES UNA COMBINACION DE TERQUEDAD Y CREER EN PODER DAR MÁS”
Desgraciadamente, el fantasma de las lesiones ha sido una constante en la carrera de la última reina de Kona. Preguntada por Frodeno sobre qué es lo que le lleva a no bajar los brazos, ni la motivación, Lucy lo tiene claro: confianza, convencimiento y ambición “Es una combinación de terquedad y saber de lo que he sido capaz, lo que he visto en los entrenamientos y luego no lo he traído al curso todavía, y creer que todavía hay más para dar y definitivamente no he terminado de dar por este deporte”.
Una convicción que reconoce es sencilla plantear, pero compleja de llevar a cabo cuando caes y vuelves a caer en una misma situación. Sin buenísmos y brutalmente honesta sentencia: “Cuantas más cosas te golpean en la cara, más difícil se vuelve decir: “Está bien, no voy a rendirme en esto”.
LA PRESIÓN EVOLUTIVA DE CHARLES-BARCLAY Y OTROS CASOS DE ÉXITO
Determinación por volver al lugar que siempre quiso estar y al que accedió definitivamente desde el 2017 en el que explotó como triatleta en larga distancia. Más de un lustro en la cima de favoritos que le ha valido para desgranar los dos tipos de presión con las que convive un deportista. La anterior al éxito “Al principio no hay presión, pero tienes esta frustración acumulada de querer demostrar lo que eres y no tienes a nadie observándote” y la posterior a este, donde cada paso es analizado con lupa “Tan pronto como empiezas a obtener los resultados hay más gente observa lo que haces, más gente juzga cada pequeña cosa que haces”.
Una metamorfosis de la presión ante la que Charles-Barclay se refugia volviendo a la raíz de lo que le llevó a querer triunfar en el triatlón “Realmente tienes que tratar de ignorar eso tanto como sea posible y mirar internamente por qué quería hacer esto al principio y sigue siendo la misma motivación intrínseca de solo querer ver hasta dónde puedo llegar, hasta dónde puedo empujarme, qué puedo lograr y sí, tratar de ignorar ese tipo de ruido que sucede en el fondo”.
APUNTAR A LA MOTIVACIÓN CORRECTA ANTE LOS CRÍTICOS
Un murmullo a veces casi insonoro y otras terriblemente molesto que Charles-Barclay reconoce que en ocasiones es un motor de motivación. No obstante, la británica sentencia con una reflexión sobre la caducidad de la misma antes de señalar la fuente de estímulo más sana y productiva según su criterio:
“No hay nada más motivador que alguien que te diga que no puedes hacer algo o lo mal que hiciste algo y luego querer demostrarle que está equivocado, pero creo que esa energía tiene una ventana de tiempo útil muy pequeña, mientras que la energía positiva durará mucho más”.
LIDIAR CON EL GLUTEN FREE IMPUESTO
En un año extraño, los físicos patentes no han sido los únicos problemas a los que ha tenido que hacer frente Lucy. La celiaquía ha aparecido en su vida y con ella, la triatleta ha experimentado obligatoriamente un cambio en su nutrición donde el gluten ha quedado prohibido.
No obstante, la ausencia de este no ha sido el mayor obstáculo sino los contratiempos que vienen derivados de una enfermedad donde el que la padece no puede ver su alimentación expuesta a trazas de esta proteína. Un hecho que para alguien que gira por el mundo y los restaurantes y hoteles son parte intrínseca de su rutina complican una rectitud ante la enfermedad que trata de llevar a rajatabla “Tratamos de ser lo más estrictos posible, pero definitivamente he tenido algunos problemas de contaminación cruzada y lo que antes solía ser acto muy espontáneo (comer fuera) ahora es algo más estructurado y tengo que consultar con el restaurante que puedo comer allí primero”. No obstante, ve el lado positivo “A largo plazo considero que prepararme mi propia comida es más saludable”.