El canadiense buscará recorrer la máxima distancia en una hora, como parte de un reto para subsanar la imposibilidad de competir durante estos meses
Sanders es conocido por ser un animal competitivo, algo que él mismo reconoce en el último vídeo que ha subido a su canal, donde explica que vuelve a Canadá durante un tiempo, para estar cerca de la familia, después de unos meses complicados para todos.
Sin carreras a la vista, el de Canyon se encuentra sediento de acometer un reto, de prepararlo, de ganarse cada segundo del día D en base a entrenos que acumula en sus piernas, y de finalmente demostrarlo en un triatlón, sea cuál sea la distancia.
Un escenario que difícilmente vamos a presenciar en los próximos meses, ya que día a día van cayendo carreras del calendario, y eso va minando la moral de los atletas.
”Necesito objetivos, yo empecé a dedicarme a esto porque me encanta marcarme retos, más que entrenar”.
No obstante, el canadiense confía en poder competir en el Challenge Daytona, sólo para pros, que se celebrará en diciembre.
No sin antes ir a por una nueva locura. Intentar el ataque al récord que marcó Ed Veal en setiembre de 2017, completando 48.587 km en una hora, en el mismo velódromo donde Sanders va a intentar arrebatárselo.
La hazaña implicaría que Lionel debería adaptar su posición de bici a la de un modelo de pista con el que lograr la tremenda marca, además de aguantar la friolera de más de 400w por una hora, sin desfallecer en ningún momento.
En cualquier caso, el de Windsor ya ha anunciado que compartirá el camino hacia el ataque al récord, además del día de la prueba, por lo que veremos mucha aerodinámica, vatios y cabeza agachada.