Y uno de los #MejoresMomentosTER2016 lo protagonizó Jorgensen, que brilló como la estrella que es. Era la flamante candidata al oro y tras una gran temporada en las Series Mundiales conquistó la corona olímpica en tierras brasileñas.

La carrera olímpica de Jorgensen fue de menos a más. Empezó en una décima posición en el agua; pero perdió posiciones cuando iba avanzando el tramo de natación. En la T1 salió en puestos no muy delanteros. Aunque eso no fue motivo para que la estadounidense se desmotivara… porque lo mejor estaba por llegar. Ella era consciente de la situación, del momento crítico.

El sector ciclista fue movido. Jorgensen parecía que estaba guardando fuerzas. No fue hasta las últimas vueltas del tramo que la estadounidense no se colocó en las posiciones delanteras. De estos 40km, la triatleta afirma que todas apretaron y que Spirig no fue la única. Durante muchos kilómetros fue la suiza quién tiró fuerte de un grupo que perdió a la americana Sarah True por una caída.

La carrera de Rio fue emocionante. También hubo momentos de asombro, cuando, tras la T2, Jorgensen y Spirig corrían a la par, zancada a zancada. Parecía que no estaban en competición y que tampoco les estaba costando el altísimo ritmo que llevaban.

Pero lo que no faltó fue el último apretón de la estadounidense. Jorgensen supo cuándo y dónde poner una marcha más, para desbancar a la veterana Spirig.

Del último tramo de carrera en Rio, Jorgensen recuerda que, tanto Spirig como ella “estábamos jugando al gato y al ratón, nadie quería liderar la prueba. Ella me dijo que ya tenía una medalla de oro, que si yo la quería tenía que trabajarlo. Cuando ataqué no sabía que la había dejado atrás”. Y así fue como Jorgensen no cedió y fue conquistando, zancada a zancada, el oro olímpico. La americana se proclamó campeona olímpica en 1h 56’16.