Terminó la temporada y con ella aparecen nuevas ilusiones. Has estado durante varios meses entrenando duro para alcanzar tus objetivos de la temporada, y una vez concluida, ¡tienes ganas de más!

Es el momento de tomarte las cosas con calma, Si has estado 2-3 semanas desconectado del todo, te felicito, si no lo has hecho… ¡Inténtalo! Merece la pena.

Después de este corto pero eterno parón, toca volver a la carga. En primer lugar deberías estructurar un calendario real que puedas cumplir según tus obligaciones laborales/personales. Procura tirar a la baja pues te dará moral el ver que puedes completar y cumplir con todas las sesiones y siempre estarás a tiempo de aumentar la cantidad o tiempo si te lo puedes permitir. Por el contrario, ser muy exigente en un inicio puede ser muy frustrante si por varias razones no puedes cumplir los entrenamientos.

Recomiendo las primeras semanas tomarlas con mucha paciencia: ritmos cómodos, sesiones no demasiado largas, y sobre todo, pasarlo bien.  Ahora toca hacer actividades que una vez en plena temporada no sueles/puedes permitirte por la compatibilidad como pueden ser el trail, mtb, escalada o ahora que llega el frío y las primeras nevadas, esquí de montaña o nórdico.

Esta parte del año, denominada “pretemporada” es personalmente un momento muy enriquecedor. A pesar de no centrarse en la obtención de unos resultados más que preparar el cuerpo para lo que la temporada le deparará, es un bloque que te permitirá conocerte mucho mejor y te dejará tiempo para centrarte en mejorar tu técnica y adquirir buenos hábitos para el resto de temporada.  Si quieres evitar o minimizar al máximo las lesiones en temporada, es muy importante hacer una “pretemporada” completa para poder afrontar las primeras semanas de base que la precederán sin sufrir lesiones, que a la postre, es la mejor de las noticias posibles.

Una de las razones por la que esta parte es tan excitante es porqué, en general, la aprovechas para trazar tu calendario de carreras. Vas a decidir en qué lugares vas a correr (los objetivos los puedes dejar para algo más adelante), y eso, siempre es motivo de nervios.

Hoy en día, la oferta de carreras (voy a centrarme exclusivamente en triatlones) es muy amplia.  Sea cual sea tu distancia favorita y el lugar en el que residas, lo más probable es que sin tenerte que desplazar mucho, encontrarás carreras a las que poder ir. Si tu factor clave para escoger carreras no es la cercanía, aquí empieza un verdadero rompecabezas para determinar tu calendario: precio, número participantes, opinión pública, años de antigüedad, ubicación son algunos de los factores más determinantes (no están mencionados por prioridades personales).

Cada uno debe ser muy  sensato con lo que espera de las carreras que quiere ir y debe investigar/informarse de ellas para cerciorarse que en la medida de lo posible, va encontrar allí, lo que demanda. Me explicaré, no pretendas una carrera con carácter familiar si hay capacidad para acoger a miles de corredores. Tampoco pretendas un montaje “de cine” si la inscripción es muy económica pero si optas por una carrera con un precio muy elevado, si puedes exigir la excelencia (por desgracia no ocurre siempre así).

Es por eso que el boca-oreja, la opinión pública, tus compañeros de fatigas  o las “reviews” pueden disipar ciertas dudas y aumentar las probabilidades de éxito de encontrar lo esperado en tus próximas carreras.

Hay otro factor a la hora de escoger carreras que, seguramente, no sea tan común como es el nivel de los participantes. Es evidente que con la cantidad de carreras que hay (es común tener tres el mismo fin de semana), el nivel no puede ser el mismo en todas partes. Hay carreras con un ambiente más “popular” y otras en que los galgos de la especialidad deben de estar.

Repito, la gran mayoría no se rige por este parámetro de busca, pero cada vez hay más que sí lo hacen, y aquí viene mi observación. A todo el mundo le gusta ganar, está claro, pero si yo tuviera un nivel alto, preferiría ir a carreras en las que estuvieran los mejores de la especialidad para medirme con ellos y ver dónde estoy respecto a ellos. Es totalmente lícito ir a carreras que no va a haber nadie que te pise los talones o que ganarás a medio gas, pero es algo que se me hace difícil de entender (entiendo que no hay premios en metálico en las carreras populares). ¿Qué preferís, cola de león o cabeza de ratón? Yo, ¡lo tengo claro!

Por desgracia, la falta de suficientes premios en metálico en nuestro deporte está desluciendo mucho las posiciones delanteras de las clasificaciones de muchos triatlones… supongo que para los organizadores no es un prioridad, que entiendo, pero no comparto. Un deporte joven y pequeño como es el triatlón, crece a partir y gracias a la base, pero si de verdad queremos que dé un paso más, hay mucho por hacer más allá de tener “x” licencias (espero entrar en materia en futuros artículos).

Cada uno es libre de ir a correr dónde quiera, tan sólo me he tomado la libertad de diseccionar los criterios de selección en función de lo que se espera de cada evento. Quiero dejar claro que para nada “lo caro es bueno y lo barato es malo”, que quede claro, sólo quiero concienciar qué en función del organizador, precio, número de plazas, distancias, premios en metálico, circuitos… se puede esperar una carrera u otra, y averiguar eso, es trabajo de los participantes. Estar informado y ser crítico siempre suma y es válido para todas las facetas de la vida, ¡y el triatlón es una de ellas!

Foto: triathlon.competitor.com

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