Muchas personas que han visto reducida su jornada o se han quedado en paro se encuentran con el problema sobre cómo afrontar tanto tiempo libre.

Abandonar el lugar de trabajo deja un vacío, que puede abrir la puerta a sentimientos de culpa, inutilidad, incapacidad, inseguridad, tristeza, aburrimiento, pereza, irritabilidad, ansiedad… En resumen, sentimientos que provocan malestar y estrés.

El triatlón puede llegar a convertirse en el pasatiempo, terapia, motivación y oportunidad de mejora de muchas personas, ya que permite descubrir nuevos horizontes, encontrar un objetivo por el que luchar y por el que sentirse motivados. También encontrar una vía de escape, una manera de evadirse, de descargar tensión. Un espacio donde poder sentirte capaz, válido, fuerte, con capacidad de superación, donde poder cambiar la frustración por la satisfacción.

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Aunque nos cueste creerlo, somos seres rutinarios, necesitamos crear hábitos, y dentro de esa norma encontrar distintas fórmulas para romper con la monotonía. Lo ideal sería poder invertir más tiempo en aquello que más valoramos y disfrutamos, pero no siempre es posible. Una de las rutinas en la que solemos (o solíamos) invertir más horas es en el trabajo, que a veces cumplirá con estos ideales y otras muchas no.

Amigo triatleta, reconocerás que otra de las actividades a la que dedicas (o quisieras dedicar) más tiempo es al deporte. ¿Y qué sucedería si tuvieras más tiempo libre? No nos volvamos locos! Saber gestionar el tiempo es una herramienta muy poderosa. Pero ¿Cómo hacerlo de la manera más coherente y satisfactoria posible?

  • Haz una lista con dos columnas. En la primera, lista aquello que es importante para ti, independientemente le estés dedicando actualmente tiempo o no. En la segunda aquellas otras cosas que también haces. Ahora, escribe al lado las horas que inviertes en cada una. Con esto tendrás una visión general de tu día a día actual y que da pie a poder formularte la pregunta: ¿Podemos cambiar algo?
  • Planifica en base a tus necesidades. Teniendo en cuenta la primera columna, traduce en acciones concretas (P.ej: llegar a casa a las X para estar en familia/ Nadar 1h lunes-miércoles y viernes/ Tomarme cada día 10′ para mi/ Ver a mis amigos el domingo/ etc.)
  • Planifica según tus objetivos. Si tenemos un objetivo a largo plazo, este lo desmenuzaremos en pequeñas tareas para ir haciendo día a día, teniendo en cuenta la fecha límite que nos damos.

Dándole un repaso, necesitaremos tener una visión global de cómo queda nuestro día a día y ver:

  • ¿Cabe todo lo que queremos hacer en un día sin olvidar dormir y alimentarnos?
  • ¿Es viable esta distribución del tiempo con nuestro alrededor?

Hay muchas más cosas a tener en cuenta, como conocer cuándo es nuestro mejor momento para realizar cada una de estas acciones, los desplazamientos, posibles imprevistos, etc. Pero espero que con esta base puedas completar tu día a día de distintas formas, respondiendo a lo que quieres y te gustaría hacer, evitando saturarte  que tú escoges cómo hacerlo.