El ciclismo ha revelado 3 casos de dopaje en el primer cuatrimestre de 2020, el número más bajo desde 2014. Una cantidad que contrasta con los 32 casos detectados en el atletismo, deporte líder en la lista
Han sido muchos los triatletas y deportistas que se han mostrado muy críticos por la actuación de las agencias antidopaje durante la crisis del COVID.
Muchos de ellos criticaban el bajo control, o inexistente en algunos casos, a los que los atletas estaban sometidos durante este tiempo, ya que en muchos casos, nos encontramos con vacíos de más de 4 meses en los pasaportes biológicos, algo sin duda inaceptable en políticas de deporte limpio.
El ciclismo ocupa la duodécima posición en la clasificación del dopaje en el primer cuatrimestre del año, sacudido notablemente por la pandemia del coronavirus. Estos tres casos, ninguno en los equipos World Tour o continentales, se reparten en uno de ruta y dos de bicicleta de montaña, y los protagonistas son dos mujeres y un hombre.
Sin duda es sospechoso que un deporte tan azotado mediáticamente por los casos de positivos y dopaje, este registrando los números más bajos durante un período en el que los controles brillan por su ausencia.
Tras un primer encierro de los participantes en el Tour de los EAU a finales de febrero, las limitaciones en Europa llegaron gradualmente, no solo con la interrupción o cancelación de las pruebas, sino con el impacto a la baja en el número de controles de dopaje fuera de la competición.
Los tres casos de dopaje en el ciclismo durante el primer trimestre contrastan con los 32 del atletismo, los 16 de la halterofilia, los 8 del fútbol ó los 7 de la natación.
Por países, Estados Unidos lidera la clasificación de casos de dopaje con 20, seguido de la Sudáfrica con 11, Rusia con 9 y Kenia con 8. España no aparece en esta evaluación trimestral.