El belga se llevó el triunfo en Ironman Cozumel el pasado domingo a la edad de 40 años.

Nunca hay que dar a un campeón por muerto, sin importar la edad que marque el DNI. O eso es lo que debió pensar Bart Aernouts cuando se aproximaba a la meta de Cozumel para proclamarse vencedor con 40 años.

Sí, ganó en una start list donde faltaban casi la totalidad de los “gallos” actuales y algunos de sus rivales como Marten Van Riel sufrieron de percances varios en lo llamado ‘lances de carrera’, pero independientemente de ello, la dificultad de conquistar un Ironman queda intacta.

El suyo también es el triunfo de la constancia y la perseverancia. El de un hombre que tras sus años más potentes en el último lustro de la pasada década había aceptado su rol en segundo plano, pero no se había conformado esperando su oportunidad para lograr lo más difícil, ganar después de tiempo sin hacerlo.

UNA VIDA ENTRE FRANKFURT Y COZUMEL


Seis años son los que concretamente han pasado desde que que se subiera a lo más alto del podio en Ironman Frankfurt como prolegómeno de su mayor éxito deportivo, su subcampeonato mundial en Hawái en 2018. En ese lapso de tiempo, dejó su nombre en el palmarés del 70.3. de Barcelona, Dubái, Florida, Royan y un 2023 en el que volvió a avisar con su título en Frejus, el segundo puesto en el 70.3. de Pays d’Aix y especialmente la plata en el Ironman de Niza, la primera medalla en un full desde ese 2018.

AÑO DE VETERANOS


La victoria de Bart en México culmina un año donde la vieja guardia ha protagonizado algunos de los mayores éxitos de la temporada, siendo el Mundial de Kona conquistado por Patrick Lange (38) y el de Niza por Laura Philipp (37) las joyas de la corona. En el propio Cozumel, pero con menos fortuna, también estuvo Cameron Wurf quien conseguía un séptimo lugar en Hawái con ¡41 años!, su mejor resultado de siempre.

Una demostración de que la revolución de los jóvenes y la permanencia de los más veteranos luchando por todo no está reñida con la coexistencia.