Alemania se alza con la gloria en los Juegos Olímpicos en una carrera donde la primera posta marcó el devenir del resto de la prueba y en la que España roza el diploma olímpico.

Sin Bélgica, con quince selecciones en liza y listos para aislarse de cualquier polémica y mal sueño relacionado con la organización de estos Juegos Olímpicos de París y su empecinamiento estético con el Sena, el relevo mixto ha seguido adelante este lunes 5 de agosto.

Por delante, una carrera con unas condiciones climatológicas ideales – muy diferentes a las que acompañó el estreno de este deporte en Francia – y una estrategia inicial donde las grandes potencias iban a lanzar a sus hombres más potentes en la primera posta, reservándose a su mujer más fuerte para el relevo final. Se desmarcaba España al decantarse por una alineación con Alberto González y Anna Godoy en la primera mitad y Antonio Serrat y Miriam Casillas asumiendo el peso final. Todo eso sobre el papel, antes del bocinazo inicial.

LAS SANCIONES MANCILLAN LA ACTUACIÓN DE ALBERTO GONZÁLEZ

Uno que como el miércoles llegó con una salida anticipada. En este caso, la del portugués Ricardo Batista. Una acción intrascendente a priori, porque Alberto González iba a dar una exhibición en solitario en el Sena. Se la jugó yéndose por un carril más central del río para tomar la cabeza antes de regresar al arropo de las boyas y la orilla y granjearse un pequeño colchón. Y se la jugó intentando rascar segundos. Tanto que recibió una doble penalty que no fue señalizado hasta después de la transición. Un infortunio doble, por la sanción y por el momento.

Sin noción de esa tarjeta amarilla, la aventura en solitario de González acabó pronto al ser absorbido por un grupo en el que Nueva Zelanda con Hayden Wilde y Suiza con Max Studer eran las grandes ausencias iniciales. No obstante, la disminución del ritmo en cabeza les iba permitir reengancharse de nuevo, aunque no iban a acabar ahí los problemas para Wilde. Poco antes de finalizar el segmento sobre las dos ruedas, su cuerpo iba a dar con el suelo y se llevaba consigo a un Pierre Le Corre y uan Francia obligados a ir ya siempre a contracorriente.

Ya a pie, la caí el segundo mazazo para España en forma de segunda sanción. El relevo se ponía casi imposible. Mientras tanto, en carrera los dos mejores velocistas hacían su concurso. Alex Yee se marchaba en solitario y únicamente el plusmarquista del 5k, el helvético Max Studer a tres segundos y el alemán Tim Hellwig a cinco pudieron mantenerse cerca. A quince y noveno entregó el testigo Alberto a Anna Godoy. Último y a cuarenta segundos llegaba Le Corre.

ANNA GODOY MANTIENE EL TIPO

Por delante, Lisa Terstch demostraba ser la más sagaz en el agua, al leer mejor que nadie la corriente. Una habilidad que le permitió pegarse a los pies de Georgia Taylor-Brown. Por su parte, Godoy hacía su magia y subía hasta la séptima posición, aunque perdía segundos con la británica. Con la carrera rota, Taylor-Brown hacía camino y acrecentaba su distancia. A sus espaldas, Tertsch y la italiana Alice Betto formaban el dúo perseguidor, pero al final de la primera vuelta decidían parar para hacer fuerza con el quinteto del que Anna era parte a veinte segundos de la cabeza. La apuesta salía bien y la diferencia se reducía a la mitad en una transición a la que Godoy llegaba la primera del grupo.

La carrera a pie trajo consigo un cambio de líder. Tertsch y Julie Derron se comían a zapatazos a la británica y justo antes de dar el relevo, la alemana se ponía líder. Con un gran trabajo corriendo, Godoy entregaba cuarta a Antonio Serrat que partía con 13 segundos de desventaja.

DICKINSON PONE EN VENTAJA A REINO UNIDO

A continuación, Sam Dickinson justificaba su presencia en París como algo más que un “gregario” de Yee al devolcev a Reino Unido a lo más alto. Eso sí, con Lasse Lührs pegado a él. No lo hacía mal, Sylvain Fridelance. El reserva del reserva de Adrien Briffod. Una atípica situación que se plasmaba al portar un tritraje diferente al de sus compañeros. El suizo era capaz de solaparse en el agua con la pareja delantera, pero una mala transición le costaba ese tren y con el paso de los metros, Vasco Vilaça, Alessio Crociani y Morgan Pearson le daban caza. Peor parado salía Serrat, que quedaba en tierra de nadie a medio minuto de los líderes. Un contexto que variaba antes de la transición al quedar encuadrado con Kristian Blummenfelt y Miguel Hidalgo (Brasil).

Finalmente, Dickinson apostaba el todo por el todo en la última vuelta de la carrera a pie y lo materializaba con los cinco segundos de renta con los que iba a dar paso a Beth Potter en el último y decisivo relevo. Por detrás, nada cambiaba excepto la posición de un Fridelance que pagaba la “novatada” y se descolgaba de Vilaça, Crociani y Pearson. Séptimo entraba Serrat sin haber ganado o perdido tiempo. Era el turno de Miriam Casillas.

LINDEMANN DA EL ORO A ALEMANIA EN EL SPRINT

El asalto al tercer puesto de Taylor Knibb de forma destacada era la noticia más relevante del último parcial en el agua. Lo refrendaba en su especialidad, la bicicleta donde no tardaba ni una vuelta en emparejarse con Laura Lindemann, que apretó los dientes para no perder la rueda de la mejor ciclista del circuito. Y lo volvía a demostrar en la segunda mitad del segmento, al recortar la docena de segundos que la separaban de Potter para entrar primera en la transición. Una T1 a la que Casillas llegaba a +1:10 inmersa en un grupo en el que ya estaba Cassandre Beaugrand.

La sorpresa llegaba delante. Knibb no se contentaba solo con la bici y apretaba las tuercas en la carrera a pie, para hacer sufrir a Potter que cedía un metro. Sin embargo, la británica se recuperaba y la carrera iba a decidirse al sprint y en la photo finish. Uno en el que Lindemann se alzaba con el oro demostrando ser la más inteligente, al guardar en la bici y fiarlo todo a un sprint en el que siempre ha sido la más fuerte de las tres. Si el oro tenía dueña, la plata y el bronce era imposible de dilucidar a ojo humano y tenía que entrar de oficio la tecnología para determinar que era Taylor Knibb y Estados Unidos la que se llevaba el subcampeonato olímpico por delante de Beth Potter y Reino Unido.

La machada la firmaba Francia al conseguir la medalla de chocolate, Portugal firmaba un gran TOP5 y España se lamía las heridas al terminar novena después de cumplir con los 20 segundos de penalización y quedarse a solo 7 segundos del diploma olímpico.

Con estos resultados, Alemania sucede a Reino Unido, Estados Unidos repite el color de la medalla y la Triarmada mejora una posición respecto a Tokio.