Durante la última semana han sido varias las deportistas que han denunciado que la firma estadounidense les rebaja sus contratos cuando están embarazadas.

Una de cal y otra de arena. Hace unos meses aplaudimos la genial campaña que Nike lanzó para dar visibilidad al deporte femenino, pero está vez no nos queda otra que criticar su forma de actuar. Durante la última semana, algunas de las mejores deportistas patrocinadas por la firma americana revelaron a los medios de comunicación algo que ha afectado de forma importante la imagen de la marca: al parecer, Nike rebajaba el sueldo a las deportistas que tenía en nómina cuando éstas anunciaban que estaban embarazadas. 

Entre las profesionales que han cargado contra la multinacional encontramos mitos del nivel de Kara Goucher (maratoniana), Alysia Montaño (mediofondista), Phoebe Wright (mediofondista) y Alyson Felix. Ésta última, una de las atletas de 400 m. lisos más laureadas de la historia, fue muy transparente en sus declaraciones: “El mensaje que Nike transmite en sus campañas de publicidad no se corresponde con la realidad. Nike me animó a que luchara por cumplir mis sueños hasta que quise tener un bebé”. En ese momento, la empresa le ofreció un nuevo acuerdo de patrocinio por un valor un 70% menor al que tenía antes de anunciar que sería madre.

Tras toda la polémica que han generado declaraciones como las de Felix, Nike reaccionó haciendo oficial que pondría en marcha una nueva política de contratos que no desampare a sus deportistas profesionales cuando decidan tener un bebé. Aun y así, esta estrategia de defensa no esconde nada: por desgracia, el deporte de élite todavía está marcado por muchos clichés machistas.