El más joven de la élite masculina que conforma las T100 Triathlon World Tour muestra su sesión de entrenamiento del día y la mañana previa a T100 Londres.
La de T100 Londres no fue la mejor de las actuaciones de Rico Bogen. De hecho, la peor de lo que va de curso con una séptima posición de la que mucha culpa tiene la pérdida de los botellines con la mitad de su nutrición y carbohidratos en el segmento de bicicleta.
Pero antes de que todo eso le ocurriese y Sam Laidlow diese una lección de estrategia y fuerza, existió una preparación que ha mostrado en su canal de Youtube.
LA BRICK SESSION DE BOGEN
El sábado y a unas 24 horas de la competición, el teutón apostó por una Brick Session en la que la bicicleta fue la protagonista. Una hora de esfuerzo sobre el rodillo con intervalos de intensidad elevada a 400 watios. “Hice 1 hora de bici con algunos intervalos de 2-4 aumentados. También aumenté la intensidad. Hice los intervalos de 4 minutos a 400w.” previos a irse directo a correr sobre la cinta 5 minutos a un ritmo de 3’20min/km. Finalmente, concluye la sesión con una series de 200m en el exterior.
- 1h bici con intervalos
- 2-4min intervalos a 400w
- 5m cinta a 3’20”
- Series exteriores de 200m
ACTIVACIÓN MATINAL
Ya en la mañana del mismo día de carrera (domingo), Bogen optó por una sesión de activación de 20 minutos de suave carrera a pie con aceleraciones en la parte final.
- 20min carrera a pie + aceleraciones
LOS COMPROMISOS CONDICIONAN EL HORARIO
Queriendo o sin querer el bueno de Rico Bogen también ha plasmado cómo afectan a la rutina precarrera los compromisos comerciales y televisivos asociados al desembarco económico de las grandes marcas y las franquicias. Fundamentalmente, van por delante del entrenamiento y este se programa en función a las citas obligatorias, en este caso con el sponsor de neoprenos del que es cara visible y también con el propio T100.
LA IMPORTANCIA DE UN VELÓDROMO ACCESIBLE EN LA FORMACIÓN
Además, su paso por Londres no dejó únicamente su participación en T100 Londres, sino también su visita al velódromo al aire libre de la ciudad, presumiblemente el Herne Hill, para dar consejos a los más pequeños. A Bogen su estancia en el recinto le servía para remarcar la relevancia que tiene en las edades de formación una instalación de estas características donde pulir la técnica en las curvas, trabajar la posición y adquirir velocidad. El alemán lamentaba que no hubiese un espacio así en su país del que pudieran beneficiarse los más jóvenes, algo que afortunadamente sí había podido gozar Alex Yee en ese mismo lugar.