La fruta es un buen y eficaz aliado para el deportista que debe tener un destacado papel en nuestra alimentación. Hoy descubrimos cómo y cuándo tomarla para sacarle el máximo partido posible.
La fruta es fantástica, una fuente de vitaminas, fibra y nutrientes varios. Pero: ¿cuál es la manera de aprovechar al máximo sus propiedades? Pues sola. El motivo es bastante sencillo: la fruta se digiere bastante rápido si la tomamos de postre y tiene que “hacer cola” detrás de lo que hemos ingerido antes, fermenta y se pierden sus propiedades nutritivas.
Así pues, la solución es muy fácil: hay que tomarlas separadas del resto de las comidas importantes del día. Lo ideal: por la mañana y en ayunas. Y es que tampoco supone un esfuerzo muy grande ya que prácticamente en media hora habrá terminado el proceso y podemos desayunar el clásico café y tostadas o cereales. Sabemos que cada uno tenemos nuestras costumbres/manías para desayunar pero no perdemos nada por intentar incorporar fruta a primera hora dos días a la semana para empezar.
Otro consejo: la fruta cuanto más entera mejor. Los zumos están bien pero perdemos la pulpa que es muy rica en fibra y nos viene bien también. Las licuadoras son un invento si te gusta prepararte mezclas energéticas. Si eres de los que te gusta desayunar con un buen zumo de naranja añádele unas gotas de limón para que no sea tan ácido para el estómago. Sé que suena raro pero es así: el limón hace a la naranja más suave de digerir.
Y es que cuando todo el mundo comienza a ponerse a dieta comete un error: piensan que como la fruta es buena, se atiborran y dejan de lado los hidratos y las proteínas. ERROR. La fruta hay que tomarla sola, con medida y sin volvernos locos ya que contiene fructosa y os aseguro que en cantidades ingentes y sin ton ni son no adelgaza. Acostumbraos a tener en casa fruta variada, comprada en un mercado cerca de casa y siempre insistiendo en las de temporada.
- Toma fruta de temporada. Cada vez es más común ver fruta que no es propia de la temporada en los supermercados y en general en cualquier sitio, esto no es natura. Lo mejor es lo que dá cada estación del año, tiene toda su lógica. Por ejemplo: Naranjas en invierno para combatir los resfriados y melón y sandía en verano que nos aporta agua para hidratarnos cuando suben las temperaturas. La naturaleza es sabia…
- Cuida lo primero que entra en tu cuerpo por la mañana: agua y fruta. Es como una ducha para tu organismo. Si eres capaz, toma un vaso de agua templada con medio limón exprimido para empezar el día.
- Las bebidas no hay que tomarlas ni muy calientes ni muy frías. El estómago sufre con los cambios bruscos de temperatura.
- Termina tus comidas con una infusión que ayudan a ablandar las grasas y facilitar la digestión. Evita los helados como postre: enfrían las grasas y complican el proceso digestivo.
- Haz algún esfuerzo para mejorar tu alimentación pero no lo conviertas jamás en una condena. Tenemos muchas obligaciones y hay que disfrutar de lo que se hace. Si te apetece mejorar, introduce alguno de estos tips en tu día a día pero siempre con flexibilidad. ¡Solo tenemos una vida y hay que disfrutarla!