Además de ser director de la eDreams Mitja Marató de Barcelona y de la Zurich Marató de Barcelona, Cristian Llorens es (entre otras cosas) representante de triatletas. Una faceta más desconocida que hoy queremos descubrir. Nuestros redactores Núria Guirado y David Giménez han hablado con él.
¿Cómo se siente uno siendo la mano derecha de atletas que son referentes para muchos deportistas populares?
Sin duda, me siento muy bien, es un orgullo y un privilegio. Con todos la relación empezó de manera profesional, pero ahora predomina el aspecto personal ya que mantengo una excelente relación con todos. Son personas sencillas y muy nobles a las que considero amigas antes que atletas. Para mí que haya buena relación es fundamental. No podría ser representante de alguien que no me cayera bien.
Llevas muchos años en el triatlón. ¿Cómo observas el crecimiento que ha tenido y dónde crees que está el techo?
Hice mi primer triatlón en 1999 y con Marcel (Zamora) empecé a trabajar en 2005, convirtiéndome en el primer representante en el mundo del triatlón. De hecho, el papel del representante era tan desconocido que las marcas no querían hablar conmigo sino directamente con Marcel. Era muy curioso (ríe).
¿Y por qué este boom?
Creo que por una mezcla de factores. Que los triatletas españoles obtengan buenos resultados está claro que suma y hace que se hable más de este deporte, sobre todo en los medios, pero también que la gente cada vez se ha inclinado más hacia una línea de salud y deporte. Es también un cambio de tendencia en la sociedad. Hace 10 años, a la gente apasionada por el deporte le gustaba verlo por televisión, y ahora esta misma gente quiere ser protagonista del mismo. Cada uno dentro de sus posibilidades quiere vivirlo en primera persona.
Pero el argumento “porque es muy barato” que oímos en el correr, con el triatlón ya no sirve tanto…
En el triatlón creo que engancha mucho el concepto de “reto”. Se ha sabido vender de forma muy apropiada que practicar triatlón es todo un reto. Cuando hablamos de correr, hacer una maratón es un reto, pero no un diez mil. En triatlón, cualquier distancia se convierte en un reto, porque engancha, son tres deportes diferentes, y es muy completo. Y el número de triatletas ha crecido mucho, claro.
Uno de los triatletas con los que trabajas es Fernando Alarza, que opta a una plaza para acudir a los Juegos Olímpicos de Río. ¿Qué crees que pasará?
Creo que Alarza tendría que ir a Río. No tengo problemas en mojarme y decirlo, porque creo que se lo ha ganado y se lo merece. Su última temporada ha sido espectacular, y con los rankings en la mano merece una plaza. Ahora bien, es una decisión supeditada al director técnico y él ha puesto como condición las cuatro primeras pruebas de las Series Mundiales 2016. Hace poco estuve con Alarza y está fuerte, motivado y con muchas ganas de hacer algo grande y de ir a los Juegos.
Otro aspecto que a veces hemos comentado los dos es que una cosa es ir a los Juegos, y otra ir a competir a los Juegos. Y Alarza quiere ir a Río a dar lo máximo, a conseguir diploma y porque no a luchar por medallas.
Y en Río se encontraría los mismos rivales que en las Series Mundiales, donde ya ha demostrado poder estar en el Top 10.
Sí, a diferencia de otros deportes aquí no pueden aparecer caras nuevas a última hora. Entre ellos, todos se conocen y será importante cómo llega de forma cada uno ese día y sobre todo cómo se adaptan a las condiciones climatológicas y al propio circuito.
Representante de Marcel Zamora, Albert Moreno, Fernando Alarza y Clemente Alonso. ¿Cuál es tu papel?
Principalmente lo que hago es buscarles patrocinadores y, una vez conseguidos, mantener la relación entre las dos partes. Y en función del atleta, también les ayudo a concretar calendario y a aconsejarles en aquello que necesiten. Partiendo de la base que no soy entrenador ni pretendo serlo. Antonio di Pasquale es mi socio, y él es quien gestiona principalmente los acuerdos y el día a día de Fernando.
Somos una pequeña guía para el triatleta, la clave para que salgan bien las cosas es que nos preocupamos genuinamente por los intereses de nuestros representados ya que antes que sus managers somos sus amigos.
Al final, el rendimiento del triatleta también está condicionado por su entorno más próximo.
Está claro que el triatleta es la cara visible y el gran protagonista pero un triatleta es un equipo de personas. Somos un grupo donde interviene el entrenador, el fisioterapeuta, el manager, los compañeros de entreno… Pero la última palabra siempre la tiene el triatleta, lógicamente.
¿El representante es una pieza imprescindible?
No sabría decirte hasta qué punto es necesario o no, depende del atleta y del grado de involucración que quiera tener con todo lo que no sea meramente deportivo. Sí creo que tener un representante te aporta tranquilidad, ya que al final cuantas menos cosas que puedan distraerle de lo que es el puro rendimiento y su estabilidad mental y física, mejor. En un escenario ideal, el triatleta solo tendría que preocuparse por entrenar, comer y dormir. Al final, todo depende de si ganas carreras. Puede parecer frío y frívolo, pero es así. Si ganas, quizá tendrás patrocinadores o quizá no. Pero si no ganas, en el mundo tan competititvo en el que nos movemos todo es mucho más difícil..
Marcel Zamora deja Embrunman aparcado este 2016 y centra su atención en Challenge Roth y en un sub 8 horas. Una apuesta arriesgada.
Independientemente de si es arriesgado o no, él lo necesitaba. Son muchos años haciendo siempre el mismo calendario y eso comporta un desgaste. Necesitaba hacer un parón y tener nuevos estímulos, y hace tiempo que tenía Challenge Roth en mente. Al final, es un cambio más a nivel mental que físico. Porque a Embrun volverá (ríe).
Marcel es un triatleta único, ni mejor ni peor, simplemente diferente. Hace lo que le pide el cuerpo en cada momento, sino fuese así su cabeza no aguantaría… Para mí es un auténtico mito del triatlón de larga distancia de nuestro país, con un palmarés al alcance de muy pocos.
El alumno aventajado de Marcel, Albert Moreno, parece que está llevando una progresión muy consistente y pausada. En el horizonte, Ironman Niza.
Lo de Albert tiene mucho mérito porque enseguida se le bautizó como el sucesor de Marcel, y todo el mundo decía que sería bueno, cuando justo estaba arrancando y tenía 22 años. Y Albert es un triatleta muy trabajador, muy consistente de cabeza, que trabaja muy duro. Estoy convencido que logrará grandes resultados.
En el Ironman Barcelona se llevó un palo pero aprendió la lección. Vio realmente lo que es un Ironman, pero no a nivel físico sino mental. Él quizá no estaba preparado para afrontar lo que significa un Ironman a nivel mental. Sabe que abandonó y no tenía que haberlo hecho. Ahora una opción era esperar y no ir a Niza, que es una de las mecas del triatlón, con muchos focos encima e ir a otro Ironman menos mediático pero Albert es un tío valiente al que le va la presión y Niza es una carrera que se adapta muy bien a sus condiciones.
¿Cómo afronta Clemente Alonso el 2016 tras un año marcado por las lesiones?
El 2015 de Clemente fue bastante difícil. Las lesiones fueron una constante que no le dejaron rendir con normalidad ni tranquilidad. Y para rematar, solo llegar a Hawái ya se puso enfermo y no pudo terminar la carrera, donde tuvo muy malas sensaciones desde el principio. Hace poco que ha vuelto de vacaciones y estoy convencido que esta desconexión le habrá ido genial. La idea es volver a meterle caña a partir de ya y volver a competir hacia primavera.
Clemente es un triatleta del que me tiene asombrado su mentalidad. Es un superclase en todos los aspectos, y tiene una actitud digna de admirar. Su única obsesión es demostrarse a sí mismo hasta dónde puede llegar. Estoy seguro que muy pronto volverán a llegar los resultados que se merece.