Ponemos face to face a las dos tendencias del momento, en qué se diferencian, y para qué te puede servir cada una….

  1. El entrenamiento postural de un ciclista es una de las facetas más olvidadas. La posición sobre la bicicleta es fundamental, porque mejora el rendimiento y reduce el riesgo de lesiones. Y para ello, el rodillo gana sobremanera. Porque es tu bici, está perfectamente regulada para tus características físicas, y puedes adoptar la postura precisa, incluso frente a un espejo, para a la hora de salir después optimizar tu esfuerzo. Para ciclistas que compiten y sobre todo para triatletas, es algo fundamental.
  2. Otro aspecto importantísimo es el trabajo de concentración. Estos dos primeros puntos son los grandes olvidados del ciclista. La concentración sobre el rodillo debe ser máxima, porque para no caer en la monotonía necesitamos olvidarnos de todo y poner el foco en nuestra postura, nuestra respiración, nuestra cadencia.
  3. El spinning, eso sí, es más dinámico. De hecho, gran parte de sus rutinas de entrenamiento indoor se basan en este dinamismo, en cambiar de postura y de ejercicio cada tantos minutos.
  4. El realismo de un rodillo de cierta calidad es altísimo. En spinning siempre sabrás que estás haciendo spinning, valga la redundancia, pero un buen rodillo es sinónimo de experiencia realista. Además, el spinning mide más bien parámetros cardiovasculares, mientras que el rodillo lo hace sobre todo de vatios y tiempo, medidas con las que el ciclista está familiarizado para ver su rendimiento.
  5. En el tiempo de montaje gana el spinning. Si es tu bici estática, ya no tienes que hacer nada más que dar pedales. El rodillo requiere cierto montaje y desmontaje.
  6. El rodillo es algo más monótono. Para un ciclista, la inexistencia de la sensación de equilibrio (pendientes y virajes), incluso en los rodillos no fijos, hace que pueda convertirse el algo aburrido después de un par de horas.
  7. El impacto físico del spinning, es decir, forzar físicamente, es menor. Se trata más de ejercicios dinámicos de características e intensidad variables.
  8. El spinning no quema más grasa corporal que el rodillo, pero sí lo hace de partes diferentes del cuerpo, por ejemplo el abdomen en multitud de sus tablas de ejercicios y movimientos.
  9. Con el ciclismo entrenas más la fuerza con el fortalecimiento de la masa muscular con la implementación de una potencia durante largo tiempo.
  10. Así como también mejora la resistencia, ya que el spinning se fundamenta en dinámicas cortas de intensidad variable, mientras que el rodillo permite trabajar una posición exacta en tu bici durante horas.
  11. Aunque ambos están muy integrados a las nuevas tecnologías, el rodillo ha dado un salto grandísimo. No se trata solo de ver un vídeo en YouTube sobre entrenamiento indoor, válido para ambas, sino que plataformas digitales como Zwift, Bkool, o Rouvy han hecho del ciclismo en rodillo una experiencia distinta, más extensa, dinámica y motivadora, algo que en estos días de confinamiento por el coronavirus muchos están corroborando o descubriendo.

¿Dicho esto, con cuál te quedas tu?